Aparte de sus patas adhesivas y su fama duradera por una serie de anuncios de seguros de coche, probablemente no sepas mucho sobre las salamanquesas. Sin embargo, esta categoría de más de 1.100 especies de lagartos está llena de fascinantes sorpresas. Adéntrate en el mundo de las salamanquesas y aprende cómo se adhieren a los techos, vuelan por los árboles, cambian de color e incluso se llaman entre sí con «ladridos».
Tabla de contenidos
1. Los asombrosos dedos de las salamanquesas les ayudan a pegarse a cualquier superficie, excepto al teflón
Uno de sus talentos más famosos es su capacidad para desplazarse por superficies resbaladizas, incluso por ventanas de cristal o por el techo. La única superficie a la que los geckos no pueden adherirse es el teflón. Bueno, el teflón seco. Sin embargo, si se añade agua, los gecos pueden adherirse incluso a esta superficie aparentemente imposible. Lo hacen mediante unas almohadillas especializadas en los dedos de los pies.
Contrariamente a la creencia popular, las salamanquesas no tienen dedos «pegajosos», como si estuvieran cubiertos de pegamento. Se aferran con increíble facilidad gracias a unos pelos a nanoescala, conocidos como setae, que recubren cada dedo en gran número. En conjunto, los 6,5 millones de setas de un solo geco pueden generar la fuerza suficiente para soportar el peso de dos seres humanos.
Esta fantástica adaptación de las salamanquesas ha inspirado a los científicos a buscar formas de imitar esta capacidad de agarre, mejorando todo, desde los vendajes médicos hasta los neumáticos autolimpiables.
2. Los ojos de las salamanquesas son 350 veces más sensibles a la luz que los ojos humanos
La mayoría de las especies de salamanquesas son nocturnas, y están especialmente bien adaptadas para cazar en la oscuridad.
Según un estudio realizado en 2009 sobre la salamanquesa de casco, «Tarentola chazaliae, discrimina los colores a la tenue luz de la luna cuando los humanos son daltónicos. Se ha calculado que la sensibilidad del ojo del geco de casco es 350 veces mayor que la visión cónica humana en el umbral de la visión del color. La óptica y los grandes conos de la salamanquesa son razones importantes por las que pueden utilizar la visión del color a bajas intensidades de luz».
Mientras que nosotros apenas podríamos distinguir el color a la tenue luz de la luna, las salamanquesas pueden dedicarse a sus actividades en lo que, para ellas, sigue siendo un mundo colorido.