8 datos fascinantes sobre la mamba negra

La mamba negra (Dendroaspis polylepis) es una serpiente venenosa elegante y delgada que es común en las regiones subsaharianas de África. Su nombre deriva de la palabra zulú imbamba. La mamba negra pertenece a la misma familia que las cobras y comparte su nombre con otras tres especies: la mamba occidental, la mamba verde y la mamba de Jameson. Las otras tres son de color verde brillante y habitan sobre todo en las ramas de los árboles. Aunque su veneno es igual de potente, se consideran más tímidas y no comparten la misma reputación mortal que su infame pariente.

Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, las mambas negras mantienen el estatus de «preocupación menor» y sus poblaciones son estables. Por término medio, las mambas pueden vivir una década o más en la naturaleza. Es una vida decente para una serpiente, pero hay algunas botas constrictoras que pueden vivir hasta 50 años. Las mambas negras buscan praderas arbustivas, bosques y sabanas con muchos lugares para esconderse. Son criaturas de sangre fría, por lo que esperan el calor y la luz del día antes de abrirse paso a campo abierto. He aquí algunos datos poco conocidos sobre esta temida, asombrosa y a menudo incomprendida serpiente.

Tabla de contenidos

1. Las mambas negras son en realidad marrones

Primer plano de la cara de la mamba negra

Contrariamente a la creencia popular, el «negro» del nombre mamba negra no se refiere en realidad al color de su cuerpo. En cambio, es una referencia al color del interior de la boca de la serpiente. Dado que la mamba no tiene mucho colorido o diseño vibrante en su cuerpo, ésta es una buena forma de que tanto los humanos como los animales identifiquen qué tipo de serpiente se han encontrado. Al igual que el cascabel de una serpiente de cascabel o la capucha de una cobra real, esta coloración oscura es una señal de advertencia y la forma en que la mamba negra se prepara para protegerse. Cuando está en peligro, la serpiente abre la boca antes de golpear, dando a sus enemigos tiempo para escapar. El cuerpo de las mambas negras suele variar entre un tono bronceado claro o aceitunado y un marrón más oscuro. Las mambas jóvenes suelen ser ligeramente más oscuras y se aclaran a medida que envejecen. Las demás mambas verdes suelen tener la boca blanca.

2. Se mueven rápido

Las mambas negras son las serpientes que más rápido se mueven en el mundo. En una superficie lisa, se sabe que se deslizan a una velocidad de 10 a 12 mph. Para una criatura sin patas, eso es muy impresionante. Para ponerlo en perspectiva, una mamba negra puede moverse más rápido que un dragón de Komodo. Como las mambas también saben nadar, también pueden moverse con facilidad y fluidez en el agua.

Aunque las mambas verdes pasan más tiempo en los árboles, las mambas negras se suben ocasionalmente a ellos y se sabe que se lanzan sobre sus depredadores si se sienten amenazadas. Su velocidad contribuye sin duda a su reputación de asesinos feroces y fieros; sin embargo, la mayoría de las mambas se inclinan más por huir que por atacar. Las mambas no provocarán necesariamente un ataque, especialmente con un humano o un animal de mayor tamaño. Muchas veces, los ataques de las mambas negras sólo se producen porque las han pillado desprevenidas o acorraladas, se estaban defendiendo o las han provocado primero.

3. Su mordedura es conocida como el «beso de la muerte»

Mamba negra con la boca abierta

Aunque es raro que una mamba negra ataque a un humano sin ser provocada, tiene fama de ser una de las serpientes más peligrosas del planeta. En África, son temidas y respetadas a la vez, y una leyenda rodea la reputación de esta serpiente más grande que la vida. Su veneno es el más mortífero y, desde el primer día, las crías de mamba nacen capaces de atacar y escupir veneno de sus dos colmillos. Mientras que una serpiente joven sólo tiene unas gotas de veneno por colmillo, una adulta tiene entre 12 y 20 gotas por colmillo. Se necesita muy poco veneno, apenas dos gotas, para que un humano o un animal reciba una dosis letal. Es un veneno neurotóxico, a diferencia del hemotóxico, lo que significa que ataca el sistema nervioso y el cerebro.

Una vez mordido, un adulto humano medio puede morir en tan sólo 20 minutos. Los síntomas de la mordedura comienzan inmediatamente e incluyen convulsiones, insuficiencia respiratoria y, finalmente, un estado de coma. En algunos lugares existe un tratamiento antiveneno si la víctima puede recibir ayuda rápidamente. Curiosamente, los científicos y los profesionales de la medicina están estudiando los efectos del analgésico natural que se encuentra en el veneno de la mamba negra como posible opción para el tratamiento del dolor, junto con la morfina.  

4. Las mambas negras son diurnas

Mamba negra en la tierra

Las mambas negras duermen sobre todo por la noche, retirándose a sus escondites, a salvo de los depredadores y los humanos. Una vez que llegan las horas de luz, estas serpientes se levantan y están activas. Este comportamiento se debe principalmente a su naturaleza de sangre fría, ya que dependen del calor del sol para regular su cuerpo. Buscan rocas y otros lugares soleados para tomar el sol y elevar su temperatura interna; sin embargo, si las temperaturas son demasiado altas, pueden buscar la sombra y quedar inactivas.

Las mambas negras tienen una visión excelente, que les ayuda a rastrear y acechar a sus presas cuando están de caza. Son cazadores pacientes que esperan el momento oportuno para atacar. Su sentido del olfato también está muy desarrollado, y lo utilizan principalmente para encontrar a las hembras durante la época de apareamiento. Ese es también el momento en que las mambas negras viajan más lejos, hasta varios kilómetros de día, en busca de una posible pareja.

5. Las hembras ponen hasta 20 huevos

La temporada de cría suele ocurrir durante la primavera y es una época muy activa en la que los machos muestran su agresividad y fuerza contra otros machos en competencia. Las mambas negras macho siguen rastros de olor, a menudo a lo largo de varios kilómetros, para localizar a posibles parejas femeninas. Una vez que se han apareado, las serpientes siguen su camino y continúan con su vida solitaria.

La hembra localiza un lugar seguro para poner sus huevos, que tardan unos tres meses en eclosionar. Curiosamente, la madre abandona los huevos, pero las crías de mamba son capaces de valerse por sí mismas y tienen veneno poco después de nacer. Cada colmillo está dotado de unas gotas de veneno, suficientes para herir y matar a cualquier cosa que intente atacarla. También son capaces de comer por sí mismos y sobrevivir sin ayuda.

6. Duermen en guaridas

A diferencia de otros tipos de mambas que son arborícolas, las mambas negras no suelen pasar mucho tiempo subidas a los árboles. Son reptiles terrestres que eligen guaridas subterráneas o cubiertas para dormir. Las rocas, los árboles caídos, los arbustos y la vegetación densa proporcionan los lugares ideales para que las mambas se escondan y se cubran. A veces incluso ocupan termiteros abandonados. No es raro que algunas mambas permanezcan en la misma guarida durante años. Durante el día, salen de sus guaridas para ir a cazar, y al anochecer regresan y se retiran al camuflaje y la seguridad de sus hogares.

7. Las mambas negras son carnívoras

Las mambas no tienen muchos depredadores, por lo que pasan la mayor parte de sus horas de vigilia cazando su propia comida para alimentarse. Debido a su increíble velocidad, las mambas negras son bastante expertas en estar al acecho hasta el momento oportuno y acelerar hacia su presa para atacar. La dieta típica de las mambas negras consiste en aves, roedores y pequeños mamíferos. La serpiente morderá a la presa, dejándola paralizada, y la devorará entera una vez muerta. Su boca está diseñada para poder abrirse ampliamente con el fin de facilitar el proceso de deglución. Por término medio, una serpiente adulta sólo tiene que comer una o dos veces a la semana y puede estar sin agua durante varios meses.

8. Pueden llegar a medir hasta 4 metros de largo

Mamba negra cruzando una carretera

Las mambas negras no son las serpientes más largas del mundo, pero sí la serpiente venenosa más larga de África.   Para ponerlo en perspectiva, una mamba negra totalmente estirada sería dos veces más larga que una cama de matrimonio.

Además de su impresionante longitud, la mamba negra es también una serpiente muy fuerte. Aunque no utiliza su cuerpo para constreñir a su presa como otras serpientes, puede mantenerse en pie de guerra con animales mucho más grandes.

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