El erizo es un espinoso buscador nocturno que se encuentra en todo el mundo. Hay 17 especies de erizos, y estos solitarios pueden tener un hogar en casi cualquier lugar: desiertos, parques o jardines locales. Cuando salen a buscar comida, confían mucho en sus afiladas púas y en su capacidad para detenerse, dejarse caer y enrollarse en una bola para protegerse de los depredadores.
Desde su entrañable hocico de cerdo hasta su capacidad natural para combatir el veneno de las serpientes, descubre los datos más fascinantes sobre los erizos.
Tabla de contenidos
1. Los erizos recibieron su nombre por sus singulares métodos de búsqueda de comida
No es de extrañar que los erizos sean unos buscadores excepcionales: de ahí su nombre. Se desplazan a través de los «setos» en busca de sus presas -principalmente insectos, así como gusanos, ciempiés, huevos de pájaros, caracoles, ratones, ranas y serpientes- mientras emiten bufidos, chillidos y gruñidos con sus hocicos «de cerdo». Sus largos hocicos también les proporcionan un fuerte sentido del olfato, y sus garras curvadas los convierten en excepcionales excavadores, ambas cosas necesarias para estos cazadores nocturnos.
2. Un grupo se llama conjunto
No esperes encontrar muchas reuniones grandes de erizos. Los erizos, notoriamente solitarios, sólo se reúnen para aparearse. Cuando el erizo macho, o jabalí, encuentra un erizo hembra, o cerda, la rodea repetidamente en un ritual de apareamiento. Tras el apareamiento, el jabalí abandona a la cerda inmediatamente, y ésta da a luz entre cuatro y seis cerditos aproximadamente un mes después. La cerda no comparte su hogar durante mucho tiempo; los cerditos se destetan y viven solos a las cuatro o seis semanas.
3. Viven en una gran variedad de hábitats
Las 17 especies de erizos viven en todo el mundo. Se encuentran en Europa, Asia y África, y son una especie introducida en Nueva Zelanda. Los erizos tienen adaptaciones que les permiten vivir en bosques, desiertos, sabanas, parques y jardines domésticos. Dependiendo del lugar en el que vivan, pueden anidar bajo pequeños arbustos o rocas o cavar madrigueras en el suelo.
4. Sus parientes más antiguos vivieron hace unos 125 millones de años
En 2015, un equipo de científicos que trabajaba en España descubrió restos fósiles de un mamífero emparentado con el erizo. Este hallazgo fue especialmente importante, ya que era la primera vez que los científicos observaban estructuras similares a la columna vertebral en mamíferos del Mesozoico. El tamaño del animal, así como la existencia de estructuras de queratina, llevó a los científicos a comparar el fósil de 125 millones de años tanto con los ratones espinosos como con los erizos.
5. Tienen una armadura incorporada
Los erizos pueden agradecer a sus espinas su aspecto característico. En realidad, son pelos modificados de una pulgada hechos de queratina que cubren la espalda y los lados de los bichos. Hay entre 5.000 y 7.000 espinas, o púas, en un erizo adulto medio. No son venenosas ni tienen púas y, a diferencia de las púas del puercoespín, las del erizo permanecen firmemente unidas al animal.
La mayoría de los erizos tienen púas desde su nacimiento. Algunas están debajo de una capa de piel llena de líquido y otras están cubiertas por una membrana. Las primeras púas de los cerditos son mucho más blandas y se sustituyen por otras más fuertes a medida que crecen.
6. Se enrollan en una bola para protegerse
Cuando los erizos se sienten amenazados o alarmados, se enroscan en bolitas espinosas para protegerse y disuadir a los depredadores. En esta forma enrollada, los erizos son mucho menos atractivos para los tejones, zorros y otros depredadores. Cuando se enroscan, todas sus espinas apuntan hacia fuera, lo que también les protege la cara, el pecho, las patas y el estómago porque esas zonas están cubiertas de pelo, no de púas.
7. No todos hibernan
Como los erizos viven en una gran variedad de climas en todo el mundo, algunas especies necesitan hibernar para pasar los fríos inviernos. Los erizos de las regiones desérticas pueden permanecer despiertos todo el año o experimentar un período de torpor que dura 24 horas o menos. En las regiones más frías, los erizos pueden hibernar hasta seis meses; comen antes de la hibernación y almacenan grasa para varias semanas. Durante este tiempo, los erizos se despiertan, buscan comida y vuelven a su sueño. Los erizos son capaces de ajustar su horario y en climas más cálidos o cuando los inviernos son especialmente suaves, pueden no hibernar en absoluto.
8. Practican la autoasistencia
Los erizos participan en un tipo único de comportamiento de autoanálisis. Estos mamíferos lamen y mastican toxinas y otras sustancias irritantes, creando una mezcla espumosa que frotan en su piel y espinas. Los científicos no están muy seguros de por qué los erizos hacen esto, pero las hipótesis van desde que se hacen venenosos para los depredadores hasta un comportamiento asociado al apareamiento o la comunicación.
9. Son naturalmente inmunes al veneno de las serpientes
Al igual que las zarigüeyas, los erizos europeos tienen proteínas en la sangre que neutralizan y proporcionan cierta inmunidad natural contra el veneno de las serpientes. Otros animales como las mangostas, los tejones de la miel y los cerdos también han desarrollado una adaptación evolutiva convergente a la resistencia al veneno de serpiente. El valor de la resistencia al veneno de serpiente en los erizos es significativo, ya que son capaces de depredar e incluso soportar las mordeduras de serpientes venenosas. Sin embargo, la inmunidad no es del 100%, y si es atacado por una serpiente más virulenta, el erizo puede sucumbir a la mordedura.
10. Pueden transmitir infecciones a los humanos
Conocidos como zoonosis, los erizos pueden transmitir virus o parásitos a los humanos. Los casos implican un contacto directo y se dan con mayor frecuencia en los propietarios de erizos como mascotas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advierten que el contacto humano con erizos puede provocar infecciones por salmonela, así como por Trichophyton erinacei, también conocido como tiña, incluso en animales de aspecto saludable. Los erizos también son portadores y pueden transmitir ectoparásitos como garrapatas, pulgas y ácaros.