Aunque los ojos, las orejas y la cola de tu perro se lleven la mayor parte de la atención por su expresividad, no subestimes el poder de las patas. Además de ser terriblemente dulces, las patas son apéndices maravillosamente diseñados que permiten a los caninos realizar sus proezas caninas. Ya sean esbeltas y elegantes, atrevidas y atléticas, o blandas y peludas, las patas de un perro son un fascinante estudio de anatomía y adaptación.
Considera las siguientes 18 cosas que quizá no sepas sobre las patas de los perros.
Tabla de contenidos
Anatomía de la pata
1. De los 319 huesos, por término medio, que componen el esqueleto de un perro, un puñado de ellos (por así decirlo) están dedicados a las patas. Junto con los huesos, las patas del perro incluyen piel, tendones, ligamentos, riego sanguíneo y tejido conectivo.
2. Las patas están formadas por los siguientes cinco componentes:
Almohadillas
3. Las almohadillas digitales y metacarpianas funcionan como amortiguadores y ayudan a proteger los huesos y las articulaciones del pie. Las almohadillas del carpo funcionan como una especie de frenos, y ayudan al perro a sortear pendientes resbaladizas o empinadas.
4. Las almohadillas de las patas tienen una gruesa capa de tejido graso, pero eso no significa que tu perro no pueda sufrir una lesión por caminar sobre una superficie demasiado caliente o fría. Los científicos creen que los perros domésticos evolucionaron primero en entornos más fríos antes de extenderse a otros climas. Las gruesas almohadillas permiten a los perros desarrollar una tolerancia a las temperaturas extremas. Sin embargo, cuando hace frío, los perros pueden sufrir grietas o hemorragias en las patas, y cuando hace calor, caminar por la arena caliente o por las aceras puede hacer que sus patas se llenen de ampollas.
5. Las almohadillas también ofrecen protección cuando caminan por terrenos accidentados. Los perros que están mucho tiempo fuera y se exponen a superficies ásperas tienen la piel de las patas más gruesa y rugosa; los perros que se quedan más tiempo dentro y caminan por superficies más lisas tienen almohadillas más blandas. Las almohadillas también ayudan al perro a distinguir entre diferentes tipos de terreno.
6. La capa interna de la piel de la pata tiene glándulas sudoríparas, aunque no son eficaces para refrescar a un perro en un día caluroso. Es posible que notes las huellas de las patas de tu perro al exudar humedad; a los perros les sudan las manos, igual que a nosotros.
Dedos de los pies
7. Los perros son animales digitígrados, lo que significa que sus dedos -no sus talones- soportan la mayor parte de su peso cuando caminan. Por ello, los huesos de los dedos de los pies de los perros son muy importantes.
8. Los dedos de los pies de los perros son equivalentes a los nuestros, aunque no pueden moverlos con la facilidad que lo hacemos nosotros.
Espolones
9. Se cree que los espolones son vestigios de los pulgares. Los perros casi siempre tienen espolones en las patas delanteras y ocasionalmente en las traseras. Los espolones delanteros tienen hueso y músculo, pero en muchas razas, los espolones traseros tienen poco de ambos. Por ello, a menudo se eliminan los espolones para evitar que se enganchen. Sin embargo, las opiniones sobre la necesidad de este procedimiento son dispares.
10. Aunque no tienen mucha función de tracción y excavación, los perros utilizan sus espolones; ayudan al perro a agarrar mejor los huesos y otras cosas que le gusta masticar. Los espolones delanteros también proporcionan tracción cuando los perros corren a gran velocidad.
11. Los grandes pirineos siguen utilizando sus espolones traseros para estabilizarse en terrenos accidentados y desiguales, y a menudo tienen doble espolón en las patas traseras. Entre los perros de exhibición, el estándar de la raza Beauceron es de doble espolón trasero; el pastor de los Pirineos, el briard y el mastín español son otras razas que también tienen doble espolón trasero en los estándares de exhibición.
Forma y tamaño
12. Las razas de climas fríos, como el San Bernardo y el Terranova, tienen unas patas maravillosamente grandes y con mayor superficie. Sus patas grandes y blandas no son una casualidad; ayudan a estas razas a pisar mejor la nieve y el hielo.
13. Los Terranova y Labrador retrievers son conocidos por sus largos dedos. Ambas razas también tienen los pies palmeados, lo que les ayuda a ser excelentes nadadores. Otras razas con pies palmeados son el perdiguero de la Bahía de Chesapeake, el perro de aguas portugués, el Spaniel de campo y el pointer alemán de pelo duro.
14. Algunas razas tienen lo que se llama «pies de gato». Estos perros tienen un tercer hueso digital corto, lo que da lugar a un pie compacto parecido al de un felino; este diseño utiliza menos energía para levantarlo y aumenta la resistencia del perro. Se puede saber por la huella de la pata del perro: las huellas de los pies de gato son redondas y compactas. El Akita, el Doberman pinscher, el schnauzer gigante, el Kuvasz, el Terranova, el Airedale terrier, el bull terrier, el keeshond, el spitz finlandés y el Old English sheepdog tienen pies de gato.
15. Por otro lado – er, pata – algunas razas tienen «pies de liebre», que son alargados con los dos dedos centrales más largos que los exteriores. Entre las razas que tienen pies de liebre están algunas razas de juguete, así como el samoyedo, el bedlington terrier, el skye terrier, el borzoi y el galgo. Las huellas de sus patas son más finas y alargadas.
Olor de las patas
16. Y luego están los «pies de Frito». Si notas el inconfundible olor de las patatas fritas que emana de las patas de tu perro, resiste a salivar. A veces el aroma se debe a bacterias y hongos, pero generalmente el olor no conlleva complicaciones para el perro.
Masaje
17. ¿Te gusta que te masajeen las manos? A tu cachorro también. El masaje de las patas puede relajar a tu perro y promover una mejor circulación. Prueba a frotar entre las almohadillas de la parte inferior de la pata, y luego frota entre cada dedo del pie.
Etimología
18. Aunque no se conoce la etimología exacta, la palabra «pata» se utilizó por primera vez en el siglo XIV para referirse al pie de un animal de cuatro patas.