«¡Hay un pájaro en casa!» no es una frase que se pronuncie generalmente en tono tranquilo. Más bien se pronuncia con un latido acelerado del corazón y un grito alarmado.
Independientemente de que la idea de un pájaro revoloteando por tu cabeza te dé escalofríos -mucha gente padece ornitofobia, y si es así, no leas 5 pájaros que podrían robarte a tu hijo, de verdad- o de que tu lado empático te ponga en plan «¡Rápido! hay que salvar al pájaro», un visitante aviar aleteando y asustado puede ser motivo de pánico.
Así que lo primero que hay que hacer es calmarse, dice Columbus Audubon. Tus gritos y jadeos nerviosos sólo van a asustar al pobre animal, y probablemente esté mucho más asustado que tú.
A continuación, expulsa a los animales domésticos que puedan contribuir al caos – o comerse al pájaro – y luego cierra la habitación todo lo que puedas. Como el pájaro va a buscar la luz, es importante que cierres las cortinas de todas las ventanas excepto una, la que ahora abrirás al máximo (y quita la mosquitera si la hay). A continuación, apaga todas las luces para oscurecer la habitación lo máximo posible, lo que permitirá que la luz de la ventana abierta actúe como faro para guiar al pájaro hacia el exterior. Si la habitación tiene una puerta al exterior, utilízala en lugar de la ventana como vía de escape. Sal de la habitación y el pequeño debería encontrar la salida.
Si ha pasado un tiempo considerable y el pájaro permanece, puedes sostener una sábana o un paño extendido para intentar conducir al pájaro hacia la ventana o la puerta, sin tocarlo. Algunos sugieren arrojar una toalla sobre el pájaro y recogerlo, pero los pájaros son extremadamente sensibles a la presión y esto sólo debe hacerse como último esfuerzo.
Si todo lo demás falla, busca la ayuda de un profesional de la eliminación de animales salvajes; tendrá el equipo adecuado y debería tener conocimientos específicos de la especie para ayudar a sacar al pájaro atrapado.