Si vives en una región fría del mundo, como es mi caso, sabrás que mantener las manos hidratadas es una batalla interminable. La combinación de calor seco en el interior y frío brutal en el exterior hace casi imposible mantener las manos suaves y flexibles. Solía pensar que la piel agrietada, los nudillos sangrantes, las uñas colgantes y las cutículas deshilachadas eran inevitables, y que sólo tenía que ser más diligente a la hora de aplicarme loción con regularidad, pero nunca supuso una gran diferencia. Desde entonces he aprendido algunas formas de hacer que la hidratación sea más eficaz. Prueba estos consejos y ya no temerás la epidemia de piel seca del invierno.
Tabla de contenidos
1. Lávate las manos con jabón natural
Mucha gente asocia el jabón con la sequedad, pero el verdadero jabón no debería resecar tu piel. Tradicionalmente, el jabón se hacía con grasas combinadas con un alcalinizante, pero ahora se añaden a la mezcla detergentes químicos fuertes, que hacen que el jabón sea más alcalino y más duro para tu piel. Puedes evitar los jabones cargados de productos químicos eligiendo uno con base de glicerina vegetal o jabón de castilla líquido. (En general, cuanto más claro sea el jabón, mejor, aunque esto no siempre se aplica, así que asegúrate de comprobar los ingredientes.)
2. Deshazte de la loción de manos convencional
Suena contradictorio, pero la loción que se vende en la mayoría de las tiendas no es nutritiva. Gillian Deacon, autora de There’s Lead in Your Lipstick, lo explica:
«Las cremas de manos convencionales contienen un gran número de ingredientes peligrosos con los que hay que tener cuidado, como los agentes espesantes sintéticos, como los triglicéridos o los palmitatos, y el omnipresente polietilenglicol (PEG), diseñado para ayudar a que los hidratantes penetren en la piel. Recuerda que el PEG abre los poros, lo que permite que cualquier otra sustancia química peligrosa acceda más rápidamente a los vasos sanguíneos».
La loción es simplemente una emulsión de aceite y agua, con un montón de horribles aditivos para que huela y se sienta mejor. La buena noticia es que puedes ir directamente a la fuente -a ese aceite nutritivo- sin poner las otras porquerías en tu piel.
3. Sólo usa aceite
Hay muchos tipos de aceite que funcionan como grandes hidratantes. El aceite de coco es el más popular, por sus propiedades antioxidantes y antibacterianas. Se absorbe en las capas más profundas de la piel, fortaleciendo el tejido para que parezca más firme. Deacon escribe: «Las enzimas de los lípidos del coco ayudan a eliminar la capa externa de células muertas de la piel, haciéndola más suave». Tengo debilidad por la sensación de suavidad del aceite de coco; de alguna manera parece menos graso que otros aceites. Otras opciones son el aceite de semilla de uva, de jojoba, de almendras dulces y de oliva.
4. Hidrátate antes de acostarte
El único inconveniente de utilizar aceite como hidratante es que puede ser graso, lo que dificulta su uso a mitad del día. Aplícalo generosamente por la noche, fijando la humedad con guantes de algodón antes de ir a dormir. Deacon sugiere un exfoliante nocturno con un puñado de azúcar moreno mezclado con aceite de almendras dulces; frótate las manos para acondicionarlas y suavizarlas.