Cómo se emborrachan las aves de cera de Bohemia con la fruta

Aguila de Bohemia dándose un festín de fruta

El ala de cera de Bohemia debe su nombre a los amplios movimientos de las bandadas invernales, que se inspiran en el comportamiento nómada de los gitanos de Bohemia. Cuando la especie vuela hacia el sur para pasar el invierno, los pájaros vagan en busca de sus bayas favoritas, especialmente las del serbal. Se quedan hasta que se acaba la comida y luego vuelven a desplazarse. Cuando los frutos son más escasos, se desplazan más al sur de lo habitual en lo que se denomina una irrupción. La mayor irrupción registrada en Europa se produjo en el invierno de 2004-2005, cuando se contaron más de medio millón de alas de cera sólo en Alemania.

Debido a que la fuente de su alimento varía en abundancia y a que los pájaros no pueden estar seguros de cuándo o dónde será su próxima comida, se dan un festín cuando pueden, comiendo a veces el doble de su propio peso en bayas cada día. Se ha registrado que un pájaro comió entre 600 y 1.000 bayas de cotoneaster en seis horas. Arrancan los frutos de los árboles y a veces se comen los frutos caídos del suelo. Este comportamiento de atracón conlleva consecuencias. Aunque los pájaros pueden metabolizar el alcohol producido por la fermentación de la fruta mejor que los humanos, pueden llegar a intoxicarse. Se han registrado casos de algunas alas de cera «bebiendo» hasta la muerte al comer más bayas fermentadas de las que su cuerpo puede soportar, y mueren por rotura del hígado o por volar ebrios contra objetos como edificios o vallas.

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