Una minúscula casa accesible ayuda a una anciana a envejecer con gracia (vídeo)

Esta encantadora casita se construyó para una mujer que quiere estar más cerca de sus seres queridos, sin perder su autonomía.

No es ningún secreto que las casas diminutas sin hipoteca ofrecen a un número creciente de personas una mayor libertad financiera y psicológica, tanto si viven solas como en pareja o incluso en familia. Pero si se diseñan cuidadosamente, las casas minúsculas adaptables pueden ser una forma de que las personas mayores mantengan su independencia, permitiéndoles envejecer con elegancia en su lugar. Para ver cómo se puede hacer, echa un vistazo a través de Living Big in a Tiny House a esta encantadora casita hecha pensando en las personas mayores o con problemas de movilidad:

Construida por Ferne, cofundadora de Tiny Footprint, para su madre, Merle, la casita de 23,5 por 8 pies Fernelea se encuentra en la granja de Ferne en Victoria, Australia, cerca de la casa familiar. Merle, que anteriormente vivía en una casa de tres pisos, quería vivir más cerca de su hija y sus nietos, pero también quería tener su propio espacio donde no tuviera que depender de nadie más.

Para ayudar a preservar esa autonomía, se puso mucho cuidado en garantizar que la pequeña casa fuera segura y accesible, en previsión de que Merle pudiera necesitar algún día una silla de ruedas para desplazarse. Para ello, el diseño incorpora una gran rampa en la parte delantera, entradas anchas sin peligro de tropiezo, así como encimeras de cocina más bajas y ergonómicas para un Merle en proceso de maduración.

Siempre que ha sido posible, se ha introducido la automatización para facilitar las cosas: la cocina de inducción se apaga automáticamente cuando se retiran las ollas; la cama del ascensor se mueve hacia arriba y hacia abajo con sólo pulsar un botón, revelando una zona de estar y armarios de tacto suave para el almacenamiento; además, la veranda cuenta con un sistema motorizado para las persianas.

Para liberar espacio, se han colocado muebles transformables, como el almacenamiento bajo el sofá y la mesa plegable rodante en la que se sienta Merle para comer y usar su ordenador.

Además, el porche de 6 metros por 7 metros ayuda a ampliar el espacio útil y está protegido de los elementos con paneles acrílicos transparentes pero resistentes. Es aquí donde Merle tiene su zona de manualidades, y también es aquí donde toda la familia de tres generaciones puede reunirse durante las tardes para pasar tiempo con los demás.

El cuarto de baño también se ha considerado cuidadosamente teniendo en cuenta las necesidades de Merle: el inodoro está hecho especialmente para las personas mayores, mientras que hay barras de sujeción y un asiento integrado en la ducha.

En total, los materiales, la construcción, las obras y la jardinería costaron unos 100.000 dólares (140.000 dólares australianos). Como señala Merle, prefirió gastar el dinero en la construcción de una casa diminuta, en lugar de invertir sus ahorros en un terreno y una casa más grande cuyo mantenimiento sería difícil y costoso más adelante. Al elegir una casa diminuta, ahora puede seguir siendo independiente, sin dejar de estar cerca de sus seres queridos, un factor importante para muchas personas mayores cuando se trata de envejecer felizmente. Para saber más, visita Huella Diminuta y Vivir a lo grande en una casa diminuta.

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