Como parte de una amplia cartera de tácticas contra la crisis climática, la captura y almacenamiento de carbono (CAC) tiene el potencial de ayudar a reducir la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que se emite a la atmósfera de la Tierra. Sin embargo, existen múltiples obstáculos que impiden que la CAC se convierta en una corriente principal, como las trabas económicas y los riesgos potenciales.
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¿Qué es la CAC?
La captura y almacenamiento de carbono (CAC) es el proceso de extracción de CO2 de procesos industriales como las centrales eléctricas que queman combustibles fósiles. El CO2 se transporta y se almacena a largo plazo, normalmente en formaciones geológicas subterráneas. El CO2 eliminado puede extraerse antes de la combustión o después.
Ventajas de la CAC
Según el Instituto Grantham de la London School of Economics, la CAC es actualmente la única tecnología de captura de carbono que puede reducir las emisiones de las plantas industriales, y tiene varias ventajas sobre otros tipos de tecnología de eliminación de carbono.
La CAC puede reducir las emisiones en origen
Casi el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos proceden directamente de la producción de energía o de la industria. Quizá la mayor ventaja de la CAC sea su capacidad para capturar el CO2 de estas fuentes puntuales y almacenarlo después de forma permanente en formaciones geológicas. La Agencia Internacional de la Energía estima que la CAC podría ser responsable de eliminar hasta el 20% del total de las emisiones de CO2 de las instalaciones industriales y de producción de energía.
El CO2 es más fácil de eliminar en las fuentes puntuales
Una de las principales desventajas de eliminar el CO2 del aire -mediante tecnologías como captura directa del aire– es que la concentración del gas en la atmósfera es relativamente baja. En un tipo de CAC, conocido como precombustión, el combustible se trata para formar una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono. Conocida como syngas, la mezcla reacciona con el agua para formar hidrógeno y CO2 altamente concentrado.
En el proceso de oxicombustión de CCS, se utiliza oxígeno para quemar el combustible y el gas de escape sobrante también tiene una concentración muy alta de CO2. Esto hace que sea mucho más fácil que el CO2 reaccione con el sorbente en el proceso de CAC y que luego se separe.
Se pueden eliminar otros contaminantes al mismo tiempo
Durante la combustión con oxicombustible, las altas concentraciones de oxígeno utilizadas para la combustión conducen a una importante reducción de los gases de óxido de nitrógeno (NOx) y de dióxido de azufre. Un estudio realizado para el Laboratorio Nacional de Argonne demostró una disminución del 50% de los gases NOx en la combustión con oxicombustible, en comparación con la combustión con aire normal. Las partículas creadas por la combustión con oxicombustión CCS pueden eliminarse con un precipitador electrostático.
El coste social del carbono es un valor en dólares de los costes y beneficios estimados para la sociedad por el cambio climático causado por una tonelada métrica adicional de CO2 liberada a la atmósfera en un año. Ejemplos de costes sociales de las emisiones adicionales de CO2 podrían ser los daños causados por los huracanes y los efectos adversos sobre la salud humana. Un beneficio podría ser el aumento de la productividad general en el sector agrícola. Al eliminar el CO2 directamente de la fuente, podrían disminuir los daños netos para la sociedad.
Desventajas de la CAC
Incluso con las ventajas de utilizar la CAC para ayudar a reducir la cantidad de CO2 que se emite a la atmósfera, hay varias cuestiones relacionadas con la aplicación de la tecnología que aún deben resolverse.
El coste de la CAC es elevado
Para equipar la industria y las plantas de generación eléctrica existentes con la tecnología CAC, el coste del producto que se genera debe aumentar si no se conceden subvenciones. Un informe de investigadores de la Universidad de Utah cita estimaciones de un aumento del 50% al 80% en el coste de la electricidad para pagar la implantación de la tecnología CAC. En la actualidad, en la mayoría de los lugares no existe ningún impulso normativo que incentive o exija el uso de la CAC, por lo que el coste de los equipos y materiales para separar el CO2, construir la infraestructura para transportarlo y luego almacenarlo puede ser prohibitivo.
El uso de la CAC para la recuperación de petróleo podría anular su propósito
Un uso actual del CO2 capturado durante el proceso de CAC es la recuperación mejorada de petróleo. En este proceso, las compañías petroleras compran el CO2 capturado y lo inyectan en pozos de petróleo agotados para liberar petróleo que de otro modo sería inalcanzable. Cuando ese petróleo se queme finalmente, liberará más CO2 a la atmósfera. A menos que la cantidad de CO2 capturada durante la CAC también tenga en cuenta el CO2 liberado por el petróleo que se puso a disposición, la CAC simplemente estará contribuyendo a una mayor cantidad de gas de efecto invernadero en la atmósfera.
La capacidad de almacenamiento de CO2 a largo plazo es incierta
La EPA estima que no todos los países tendrán suficiente capacidad de almacenamiento de CO2 para aplicar adecuadamente la CAC. Según los investigadores de la Universidad Khalifa de Ciencia y Tecnología, es difícil calcular las capacidades exactas de los distintos lugares de almacenamiento. Esto significa que la cantidad de capacidad de almacenamiento de CO2 en todo el mundo no es segura. Los científicos del MIT han calculado que la capacidad de almacenamiento de CO2 en Estados Unidos es adecuada al menos para los próximos 100 años, pero sigue habiendo incertidumbre sobre cualquier plazo posterior.
Los lugares de transporte y almacenamiento de CO2 podrían ser peligrosos
Aunque los índices de accidentes durante el transporte de CO2 son relativamente bajos, sigue existiendo la posibilidad de una fuga peligrosa. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, si se produjera una fuga de CO2 en una tubería, una concentración de entre el 7% y el 10% en el aire ambiente podría suponer una amenaza inmediata para la vida humana.
La fuga en el lugar de almacenamiento subterráneo también es una posibilidad. Si se produjera una fuga repentina de CO2 en un lugar de inyección, podría poner en peligro la salud de las personas y los animales de los alrededores. Una fuga gradual procedente de fracturas en las capas de roca o de los pozos de inyección tiene el potencial de contaminar tanto el suelo como las aguas subterráneas de la zona que rodea el lugar de almacenamiento. Y los eventos sísmicos provocados por la inyección de CO2 también podrían perturbar las zonas cercanas al lugar de almacenamiento.
La percepción pública de la colocación de CO2 cerca de ellos es negativa
El almacenamiento de carbono de la CAC tiene varios riesgos percibidos que no son populares entre el público. La implantación a gran escala de la tecnología CAC requerirá un lugar para almacenar el CO2.
Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Minas de San Petersburgo (Rusia), el conocimiento del público sobre la CAC es escaso en la mayor parte del mundo. Sin embargo, cuando la gente conoce la CAC y lo que implica, suele tener una percepción neutra o positiva de ella, hasta que se trata del lugar de almacenamiento del carbono. El efecto negativo NIMBY (Not in My Back Yard) suele ser más fuerte que la percepción positiva del público sobre la CAC. La gente tiende a rechazar que se construyan grandes proyectos como la CAC cerca de ellos por los riesgos percibidos para la salud y el estilo de vida, o por la sensación de que no es justo que el proyecto esté cerca de ellos y no en otro lugar.