7 formas de comer más sobras

Son tus aliados en la lucha contra el despilfarro de alimentos y la gestión del tiempo.

No hay nada mejor que una buena comida hecha con las sobras. No requiere casi ningún esfuerzo, no cuesta nada, desordena el frigorífico y evita que se desperdicien valiosos alimentos. Es una situación en la que todos ganan. Si no estás muy enamorado de tus sobras, ¡es hora de cambiar eso! Aquí tienes algunos consejos para perfeccionar tu juego de sobras y convertirlo en una parte integral de tu rutina alimentaria.

Tabla de contenidos

1. Cocina para las sobras.

Las sobras deberían ser siempre el objetivo porque te ahorran mucho trabajo. Si duplicas o triplicas una receta, puedes tener otra comida y varios almuerzos guardados en tu nevera. Si preparas una ensalada de hojas, no le pongas el aderezo a todo; deja que cada persona lo haga en la mesa, para que puedas guardar la ensalada que no hayas comido para el almuerzo del día siguiente.

2. Elige comidas que sean excelentes para las sobras.

Planifica tus comidas teniendo en cuenta las sobras. Algunos alimentos son mejores que otros a la hora de recalentarlos. Las sopas, los guisos, los estofados, el curry, los dals, el relleno de los burritos de judías, el chili, las verduras asadas, los guisos de lentejas y arroz y el pastel de pastor saben deliciosos un día o dos después.

3. Guarda las sobras en recipientes transparentes.

No quieres que las sobras queden olvidadas en el fondo de la nevera. La mejor manera de evitarlo es guardar la comida en recipientes de cristal o tarros Mason. Así, si la ves cada vez que abres la nevera, te acordarás de usarla.

4. Incorpora las sobras a otras recetas.

Si no tienes suficientes sobras para una comida independiente, añádelas a otra comida. Añade verduras cocidas a una tortilla o frittata. Pon las judías entre dos tortillas con queso para hacer una quesadilla. Espolvorea garbanzos, frutos secos, queso rallado o huevos duros picados sobre una ensalada. Casi todo puede ir en una sopa: trozos de carne, cereales, verduras, legumbres, tomates, o simplemente un caldo, si sólo tienes restos de verduras o huesos. Si no has hecho nunca un budín de pan, hazlo con tu próxima barra de pan duro. El arroz frito es perfecto para hacer con las sobras; utiliza arroz frío, añade verduras precocidas y cualquier proteína sobrante que tengas a mano.

5. Prueba un desayuno salado.

Yo prefiero un desayuno salado a uno dulce, por eso siempre rebusco en la nevera para comer lo que haya quedado de la noche anterior. Me encanta freír el puré de patatas frío como guarnición de los huevos, o cubrir el dal recalentado o el curry de garbanzos con un huevo.

6. Haz un buffet de sobras.

Una vez a la semana, o siempre que la nevera esté llena de recipientes, organiza la «noche de las sobras». Pon todo en platos bonitos (¡la presentación lo es todo!) y deja que los miembros de la casa elijan lo que quieren terminar. Al hacer esto, Trent Hamm de The Simple Dollar recomienda poner muchos condimentos:

«Ponemos un molinillo de pimienta, un salero, un frasco de ketchup, un frasco de mostaza y un poco de salsa sriracha para que todo el mundo los utilice. Los condimentos y aderezos pueden mejorar mucho el sabor de las sobras, tomando algo bastante soso y haciéndolo bastante delicioso.»

7. Compra un termo.

Las sobras calientes son mucho más apetecibles que las frías, por lo que un termo es una inversión inteligente que se amortiza con los gastos de la comida en pocos días.

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