5 rasgos extrañamente felinos de los zorros grises

Los zorros grises parecen, en muchos sentidos, el puente olvidado entre el mundo de los gatos y el de los perros. Son una especie de cánido, emparentada con los zorros, los coyotes y los lobos. Pero tienen algunos rasgos inusualmente felinos que les ayudan a desenvolverse en un mundo duro y salvaje.

1. Se suben a los árboles. Son la única especie de cánido que puede hacerlo. De hecho, tienen garras curvas semirretráctiles y muñecas flexibles (que se han comparado con las de los primates arborícolas) que les ayudan a realizar esta hazaña. Una enorme cola mucho más parecida a la de un gato que a la de un perro también les ayuda a mantener el equilibrio.

2. Al igual que algunos miembros de la especie felina, como los leopardos, los zorros grises arrastran a sus presas a los árboles y se dan un festín desde lo alto. Si ves el esqueleto de un cervatillo, un conejo u otra especie de presa colgando de un árbol, puede ser obra de un zorro gris.

3. Se dan un buen festín con los pájaros. Los zorros grises pueden acercarse sigilosamente a los pájaros que se posan -¡en los árboles! – para comer. También se alimentan de los huevos y polluelos que encuentran en los nidos mientras pasean por las copas de los árboles.

4. Son grandes ratoneros. Los zorros grises son omnívoros y se centran en una gran variedad de presas. Pero una de sus fuentes de alimento favoritas son los roedores. Ratas, ardillas, ratones y otros bichos son su objetivo.

5. No les gusta que les acaricien. Es cierto que esto ocurre con la mayoría de los animales salvajes, pero es una cualidad propia de los gatos, sin duda.

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