Somos un país al que le encantan nuestros aparatos electrónicos, pero cuando se trata de mantenerlos cargados, la cosa se complica. El Sierra Club estima que cada año se compran en Estados Unidos unos 5.000 millones de pilas, pero menos del 10% se reciclan.
Ya sea una pila alcalina AA estándar en tu detector de humos, una recargable de níquel-hidruro metálico en tu teléfono móvil o una batería de coche de celdas húmedas, la mayoría de ellas contienen sustancias químicas tóxicas como cadmio, plomo, zinc, manganeso, níquel, plata, mercurio y litio.
Este tipo de mezcla química significa que las pilas deben desecharse o reciclarse de forma segura y con conocimiento. Cuando se trata de saber qué puede ir a la basura y qué necesita un viaje especial a un centro de reciclaje, es difícil obtener una respuesta clara porque las leyes de reciclaje y eliminación difieren de un estado a otro.
Aunque parezca un acto relativamente menor, tirar una pila a la basura puede tener efectos muy perjudiciales para el medio ambiente.
«Tanto si se trata de una pila alcalina estándar AA, como de una pila de teléfono móvil recargable o de la batería de tu coche, debes tratarla con cuidado utilizando métodos de almacenamiento y eliminación seguros», dice James Dickerson, Director científico de Consumer Reports.
Si una pila acaba en un vertedero sin revestimiento, puede filtrar sus metales al suelo, contaminando las aguas subterráneas. Y si se quema en una incineradora, es más basura tóxica que llega al aire que respiramos.
Si esto no es suficientemente aterrador, considera que si no se eliminan correctamente, pueden provocar un cortocircuito, sobrecalentarse y arder. Dependiendo del lugar donde vivas, puede ser incluso ilegal deshacerse de una pila.
Duración de la batería
A lo largo de los años, las pilas se han fabricado con materiales muy tóxicos. Afortunadamente, el mercurio ya no existe. El Congreso aprobó la Ley de Pilas en 1996, que exigía la eliminación progresiva del mercurio en las pilas, y con ello, soluciones rentables en todo el país para el reciclaje y la eliminación adecuada.
Esto condujo a la creación de programas de reciclaje respaldados por la industria, como el programa Call2Recycle, que sigue prosperando en la actualidad. Gracias a ellos, hoy en día hay más de 16.000 puntos de entrega públicos en todo el país.
Cuando se trata de elegir la pila adecuada, todo depende del uso que le vayas a dar. La huella de carbono de la fabricación de una sola pila es enorme. Según un estudio del Departamento de Ciencia e Ingeniería de los Materiales del MIT, el 88% de la producción medioambiental de una pila de un solo uso procede de su abastecimiento y procesamiento.
El estudio afirma: «De las fases… que están directamente bajo el control de la industria de fabricación de baterías, la instalación de fabricación es la que tiene el mayor impacto [por el uso de electricidad]». Para crear una pila se necesita mucha energía y, por desgracia, la mayor parte de la producción de pilas en EE.UU. utiliza combustibles fósiles para obtenerla.
Utilizando los datos del estudio del MIT, un artículo publicado%20en%20el%20Journal%20of%20Industrial%20Ecology%20estimó%20que%20″se necesita más de 100 veces la energía para fabricar una pila alcalina que la disponible durante su fase de uso». Es especialmente frustrante si se tiene en cuenta que la tecnología de las pilas avanza lentamente, gracias a la combinación de la comercialización del diseño de las pilas y de los procesos químicos implicados.
Además, los compuestos químicos que se encuentran en nuestras baterías no crecen exactamente en los árboles. Están llenas de dióxido de manganeso, grafito, zinc e hidróxido de potasio, todos ellos procedentes de la minería y el refinado.
Los costes ocultos de las pilas
Una reciente investigación en profundidad sobre los costes ocultos de las baterías de la «marca de la tienda» de Amazon reveló una serie de problemas detrás del ciclo de vida de una batería básica. Mientras que los grandes fabricantes de baterías, como China, Japón y Corea, siguen en el juego, Indonesia es un país prometedor, gracias a sus ricos yacimientos de recursos naturales y a las laxas normativas medioambientales.
El manganeso, ingrediente clave de las pilas alcalinas, está relacionado con abusos de los derechos humanos, trabajo infantil y mala salud laboral, mientras que la extracción de litio pone en peligro la salud y la seguridad de los trabajadores. Averiguar si los metales de tu pila se han extraído de forma responsable también es complicado porque hay poca o ninguna trazabilidad a lo largo de la cadena de suministro.
Antes de comprar, calcula primero cuántas veces necesitarás cargar un determinado artículo. Los artículos de alto consumo, como las linternas, las cámaras y los juguetes electrónicos, son excelentes candidatos para las pilas recargables; sólo hay que tener en cuenta que la Jornada Internacional de Evaluación del Ciclo de Vida afirma que necesitarás recargarlas al menos 150 veces para compensar su impacto medioambiental.
Por supuesto, ninguno de los productos que entran en una batería son recursos infinitos. Se necesita una fuente de energía más sostenible y menos destructiva para el medio ambiente; el cambio crucial hacia una energía verdaderamente renovable será imposible sin ella.
Piensa de forma sostenible y evalúa todas tus opciones antes de echar el próximo paquete de pilas en tu cesta de la compra. Aunque parezcan inocuas y estén dormidas en el mando a distancia de tu televisor, hay muchas cosas que se esconden bajo la superficie de tu batería cotidiana.
El Dr. David Santillo, científico jefe de los Laboratorios de Investigación de Greenpeace, dijo a The Guardian: «Tenemos que ser más inteligentes a la hora de recuperar y reutilizar las enormes cantidades que ya hemos extraído de la tierra, en lugar de confiar en la búsqueda continua de nuevas reservas de calidad cada vez peor y con un coste medioambiental considerable»
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