A los gatos les gustan las cajas porque permiten a los felinos actuar según sus instintos, proporcionándoles oportunidades de juego, seguridad, sueño, calor, caza y marcado de su territorio, todo ello en un trozo de cartón doblado.
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Las cajas reducen el estrés
Dos estudios diferentes sobre grupos de gatos en refugios de animales descubrieron que disponer de una caja para esconderse reducía significativamente los niveles de estrés de los gatos en general, y un estudio fue más allá e ilustró que, además de reducir la ansiedad, tener una caja ayudaba a los gatos a adaptarse a su entorno más rápidamente. Sobre todo cuando los gatos están en transición a un nuevo entorno (como cuando acaban de ser adoptados), tener una caja o un espacio cerrado similar que sea territorio designado para tus gatos podría ayudarles a adaptarse a un entorno desconocido. Las experiencias estresantes pueden tener efectos negativos a largo plazo en la salud de los gatos.
Ayudan a los gatos a esconderse
Al igual que la mayoría de los mamíferos, la seguridad para los gatos significa un refugio en el que esconderse, que las cajas pueden proporcionar. La mayoría de los propietarios de gatos están familiarizados con la capacidad de un gato de desaparecer en cuanto entra una persona nueva en su espacio, o escucha un ruido fuerte, y las cajas ayudan a facilitar esto. Sobre todo en situaciones desconocidas, una caja puede proporcionar a tu gato un lugar donde esconderse hasta que, inevitablemente, le invada la curiosidad y decida venir a explorar.
El cartón les ayuda a mantener la temperatura
Los gatos tienen una temperatura corporal más alta que la de los humanos, con una media de 102 F. Descendientes de antiguos animales del desierto, están biológicamente inclinados a prosperar en temperaturas cálidas y, por ello, encuentran el aislamiento que proporciona una caja especialmente atractivo. Prueba a forrar una caja con una manta peluda o un jersey de gran tamaño y los gatos estarán aún más dispuestos a acurrucarse dentro y mantenerse calientes. Procura que las cajas no estén demasiado cerca de un radiador o un calefactor, ya que a veces el grueso pelaje de los gatos les hace difícil darse cuenta de que se están sobrecalentando.
Son perfectas para las siestas
Parte de la razón por la que a los gatos les gusta estar calentitos es que les ayuda a dormir. Un estudio publicado en Neurología Experimental demostró que el calentamiento de las zonas receptoras de calor en los gatos inducía la relajación y el sueño, lo que llevó a los investigadores a concluir que estos termorreceptores son una importante fuente de entrada al mecanismo preóptico del sueño, y pueden contribuir al inicio o mantenimiento del sueño reparador, así como del sueño termorregulador. Esta es la misma razón por la que los gatos disfrutan durmiendo la siesta sobre las personas: estamos calientes.
Los gatos marcan su territorio con cajas
¿Por qué los gatos necesitan investigar una caja (o cualquier cosa desconocida) en cuanto entra en su territorio? La respuesta está relacionada con el comportamiento grupal de los gatos en la naturaleza, donde viven en grupos matriarcales, generalmente pacíficos. Los gatos se dan cabezazos para marcar objetos, a otros gatos y a los humanos con un olor que les resulta familiar, frotándose con mayor frecuencia con la barbilla, la frente y las mejillas. Esto significa que estos objetos (así como otras personas y gatos) forman parte del grupo interno, siendo el olor una parte importante de la formación de la identidad.
Cuando un nuevo objeto entra en la casa, los gatos suelen investigarlo y luego le dan un cabezazo para marcarlo con sus feromonas, para que deje de ser completamente desconocido. El cabezazo, también conocido como «bunting», es un comportamiento de marcaje del territorio en el extremo inofensivo de una serie de comportamientos que pueden convertirse en arañazos, e incluso orinar, en gatos con problemas de comportamiento.
Sus instintos dicen que las cajas les ayudan a cazar
Los gatos son depredadores de emboscada que prosperan al atrapar presas desprevenidas. Aunque es raro que los gatos acechen a sus presas en el interior, no obstante, utilizan las cajas y otras zonas cerradas como lugares desde los que recrear con seguridad las conductas de caza tanto en el juego social como en el objetual, es decir, el juego con otros gatos y el juego con juguetes. Curiosamente, no sólo a los felinos domésticos les gustan las cajas: los gatos grandes muestran muchos de los mismos comportamientos adorables (aunque hay que admitir que son algo más intimidatorios), como darse cabezazos y trepar dentro de ellas.