Una escala alternativa para medir lo que debes desechar

Hay más preguntas que hacer que si algo despierta o no la alegría.

El fenomenal éxito de Marie Kondo se debe, en parte, a que hace que desordenar sea muy fácil para la gente. Ha reducido una tarea desalentadora a una sola pregunta: <Si no es así, ¡a la basura (o a la bolsa de donaciones)!

¿Pero es realmente tan sencillo? ¿No tenemos todos esas cosas en casa que parpadean, en lugar de chispear, o que quizá sólo nos dan chispas ocasionales, según las circunstancias? Tal vez necesitemos una escala alternativa para medir la utilidad de nuestras pertenencias, o al menos una que sea un poco más amplia que confiar en las chispas internas imprevisibles.

Entra Dorothy Breininger, una organizadora profesional que ha desarrollado una escala de 5 puntos para medir si un objeto pertenece o no a tu casa. Lo describe en un artículo para Zillow Porchlight.

La escala de desorden:

5 – Objetos importantes cuyo lugar en tu casa no es negociable. (Para mí serían instrumentos musicales, arte original, libros, fotos, colchas hechas a mano, archivos de oficina…)

4 – Objetos difíciles de sustituir y que utilizas a diario. (Los utensilios de cocina, el material deportivo y de acampada, la ropa de cama fina y algunos muebles estarían en mi lista.

3 – Artículos que utilizas ocasionalmente pero que no has usado en los últimos seis meses.

2 – Objetos que rara vez utilizas pero que no te atreves a tirar.

1 – Objetos que nunca utilizas, como artículos de temporada, herramientas especializadas o aparatos de cocina. (Obras de arte de los niños, materiales de manualidades sin usar, ropa que ya no te sirve…)

Breininger observa que hay sorprendentemente pocos objetos que entren en las categorías 2 y 3; y en cuanto algo se etiqueta así, resulta más fácil de purgar.

En caso de duda, insta a la gente a hacerse las siguientes preguntas: ¿Me encanta? ¿Qué historia especial tiene? ¿Puedo sustituirlo o pedirlo prestado/alquilado si lo vuelvo a necesitar? ¿Apoya mis objetivos y valores?

La alegría, por maravillosa que sea, no puede ser la única forma de determinar lo que nos rodea en nuestros hogares. A veces hay que conservar las cosas porque son prácticas, útiles, valiosas, históricas; o tal vez las conservamos porque somos frugales y ecológicos y no queremos tener que sustituir algo la próxima vez que se necesite, por muy cómodo o barato que sea.

Por eso es bueno tener diferentes formas de medir la relevancia de un artículo en nuestras vidas. Gracias, Dorothy Breininger, por ampliar un poco los criterios.

Deja un comentario

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datas para estos propósitos.    Configurar y más información
Privacidad