Envía a tus hijos a jugar en días salvajes, ventosos y húmedos

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El tiempo no importa tanto como la ropa! He aquí algunas cosas en las que hay que pensar para que el juego al aire libre en las inclemencias del tiempo sea más divertido para todos.

Mis hijos conocen la norma: tienen que jugar fuera todos los días, aunque llueva, nieve o sople. El tiempo no importa, siempre que vayan bien vestidos. Aunque hay cierta resistencia en los días húmedos, una vez que están fuera, pueden entretenerse durante una o dos horas sin ninguna dificultad. Para que el juego al aire libre sea más fácil en los días inclementes, asegúrate de que tienes el enfoque adecuado.

Tabla de contenidos

Consigue el equipo adecuado.

Es crucial que los niños se mantengan calientes y secos en los días fríos, húmedos o con nieve. Invierte en un chubasquero y un abrigo de invierno de buena calidad, así como en manoplas impermeables. Uno de mis hijos lleva un sou’wester amarillo brillante de Terranova que le mantiene la cabeza seca. Llueve o truene mamá recomienda estos maravillosos pantalones de lluvia suecos con rodillas reforzadas, correas para rodear los pies y tirantes elásticos ajustables. Los pantalones gruesos para la nieve también son importantes, así como las botas de invierno cálidas con forros extraíbles que se puedan secar fácilmente.

Ten una actitud positiva.

Los niños captan mucho de lo que dicen los adultos sobre el tiempo, y en la mayoría de los casos no se les ocurriría que el tiempo es «malo» a menos que se lo hayan oído decir a otra persona. Mis hijos saben que me gustan más las tormentas, las ventiscas y los días de mucho viento que los días perfectos de verano, pero desde que empezaron a ir al colegio, donde los niños se quedan dentro a la menor señal de lluvia o frío, han adquirido una actitud más negativa. Estoy trabajando duro para revertir eso.

Dales un reto.

Dar a los niños un reto (o tarea) para que lo realicen al aire libre durante su tiempo de juego, puede proporcionar una dirección inicial que luego se transformará en un juego creativo y libre. En los días de otoño, pido a mis hijos que rastrillen las hojas, que se convierten en montones de hojas para saltar. En invierno, se dedican a quitar la nieve de la entrada y el patio con sus palas de tamaño infantil, que se convierten en fortalezas y muñecos de nieve. En los días de viento, vuelan su cometa o recogen palos y piñas que caen de los árboles.

Hazlo divertido.

Hay tantas cosas maravillosas que ver cuando el tiempo es salvaje: hojas que vuelan, charcos que se desbordan, arroyos que corren, barro glorioso, lombrices y babosas. Deja de lado los juguetes de arena, que funcionan tan bien en el barro, la nieve y el aguanieve como en el verano. Mis hijos aran muchos caminos de nieve con sus camiones Tonka.

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