10 datos poco conocidos sobre el abalón

Las balonas («caracoles de mar«) son un tipo de molusco gasterópodo marino que suele aparecer en los mares templados y tropicales de Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, Norteamérica y Japón. Su tamaño varía -de un centímetro a un pie- y tienen conchas planas, con forma de oreja, decoradas con diseños en espiral. Se calcula que existen 35 especies y 18 subespecies, siete de las cuales se encuentran en Norteamérica. 

Desde su gran capacidad de desove hasta los retos a los que se enfrentan en la actualidad, aquí tienes 10 datos poco conocidos sobre el abalón.

Tabla de contenidos

1. El abalón es un animal primitivo

Al igual que otros arqueogasterópodos, el abalón presenta características anatómicas primitivas (simplistas y poco evolucionadas), como la simetría bilateral. Tienen corazón y un ganglio cerebral que suministra nervios a los órganos sensoriales, pero no tienen cerebro ni ningún mecanismo para coagular la sangre (lo que hace probable que mueran desangrados si se cortan profundamente). Sus pies musculosos y succionadores ocupan la mayor parte de su cuerpo y ayudan a los moluscos a aferrarse a las superficies rocosas.

2. Tienen unas conchas iridiscentes muy deseables

Concha de abulón iridiscente sobre guijarros

Aunque puedan parecer poco emocionantes por fuera, las conchas de abulón contienen una gruesa capa interior de nácar iridiscente que desde hace mucho tiempo ha impulsado a los humanos a coleccionarlas y convertirlas en decoración para el hogar y en joyas. Además de su fascinante colorido, se cree que sus conchas son 3.000 veces más fuertes que un solo cristal de carbonato de calcio, el mineral del que están hechas.

3. Los abulones rojos son los más grandes y apreciados

Un solo abalón rojo junto a un asidero de algas

De las 35 especies de abalón que se estiman, el abalón rojo (Haliotis rufescens) es el más grande y el más codiciado por los cazadores de moluscos. Esta especie de color rojo ladrillo puede llegar a medir 30 centímetros si tiene la suerte de no ser arrancada en la costa oeste de Norteamérica, el único lugar del mundo donde se encuentra, durante su vida. 

El abulón rojo fue en su día un producto muy apreciado en California, donde se consume mucho, pero el estado aplicó una estricta normativa de pesca debido al rápido declive de la especie. Ahora, los abulones rojos de menos de 7 pulgadas de largo (menos de 5 años) no se pueden recolectar en el estado.

4. Pueden desovar millones de huevos a la vez

Los abalones jóvenes desovan unos pocos miles de huevos en los primeros años de reproducción, pero cuando crecen y son más grandes, desovan millones. (Un abalón de 20 cm puede soltar 11 millones de huevos a la vez. ) El agua caliente puede crear estrés y a menudo hace que se acorte la temporada de reproducción. Mientras tanto, los estudios han demostrado que el desove de un abulón incita a otros en la zona a desovar también.

5. Tienen una tasa de supervivencia extremadamente baja

Los abalones con conchas de menos de un cuarto de pulgada sufren una tasa de mortalidad de entre el 60% y el 99%. Es más probable que sean depredados por alimentadores filtradores en las primeras 24 horas de ser liberados, cuando están buscando activamente un hábitat adecuado. Cuando nacen en una granja, su tasa de supervivencia aumenta. Los pocos que llegan a la edad adulta pueden vivir 40 años.

6. El abulón se cría a menudo

Gran granja de abalones en la isla de Nanri, China

Hoy en día, más del 95% de los abalones del mundo proceden de la acuicultura. Se crían para su alimentación en corrales de agua salada en tierra o en jaulas suspendidas en el océano. Tardan de tres a cuatro años en alcanzar un tamaño comercializable, unos cinco abalones por kilo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que el abalón es uno de los mariscos más caros del mundo.

7. También se venden en el mercado negro

La estricta normativa sobre la recolección del abalón ha provocado que se capturen toneladas ilegalmente y se vendan en el mercado negro. La caza furtiva de abulones está muy extendida en la costa oeste de Norteamérica, donde un solo abulón rojo de tamaño completo puede llegar a costar 100 dólares, y en Sudáfrica, donde las especies locales son cazadas furtivamente y comercializadas por cárteles de bandas. Algunos se venden a cientos de dólares por kilo.

8. Se consideran un manjar

Al precio que se venden tanto en el mercado negro como fuera de él, no es de extrañar que el abalón se considere un manjar en algunos países. Se sirve fresco y seco en la cocina cantonesa y se come tradicionalmente en el Año Nuevo chino. La FAO afirma que China es el mayor productor y consumidor de abalón del mundo, produciendo más de 10.000 toneladas métricas al año y consumiendo el 90%.

9. Son un alimento básico de la cultura indígena

La Alimentación Tradicional de los Pueblos Indígenas del Norte de América del Norte dice que varias tribus de la Costa Oeste recolectaban el abalón por su carne (que normalmente se consume cruda) y sus conchas, que se convertían en herramientas y joyas. No sólo los recolectaban los nativos americanos, sino también los pueblos indígenas de África y Australia. Su importancia cultural e histórica es una de las razones por las que recientemente se les ha concedido protección gubernamental. 

10. Dos especies de abulón están en peligro de extinción

El abulón blanco fue el primer invertebrado que se incluyó en la lista de especies en peligro de extinción de la Ley de Especies en Peligro en 2001. El abulón negro obtuvo el mismo estatus 10 años después. Ambas especies son endémicas de la costa oeste de Norteamérica y han sufrido graves descensos de población debido a la sobrepesca, las bajas tasas de reproducción (resultado de la baja densidad de población), las enfermedades (como el síndrome de marchitamiento) y los vertidos de petróleo. 

La pesca del abalón negro es ilegal desde 1993 y la del abalón blanco desde 1996. California cerró una gran pesquería comercial de abalón, parcialmente responsable del descenso de las poblaciones, en 1997. Desde entonces, el estado ha prohibido periódicamente el buceo de abalón para permitir que la especie se recupere.

Salvemos el abalón

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