Comprar verduras congeladas frente a las enlatadas: ¿Qué es más ecológico?

Recibí recientemente un correo electrónico de un lector que había leído uno de mis posts en el que comparaba el uso de energía y el impacto medioambiental general de una bicicleta eléctrica y un patinete eléctrico. El lector quería saber cuál era la opción más ecológica: ¿Comprar verduras congeladas o comprarlas en lata?

Un rápido vistazo al libro Alimentación, Energía y Seguridad ofrece una respuesta esclarecedora y concisa, una rareza cuando se trata de este tipo de preguntas: Los envases congelados requieren menos energía para su elaboración

Supongamos unos 450 g de maíz, la cantidad que cabe en una lata normal. Hacer el envase para ello, si va a ser congelado, requiere unas 722 kcal de energía, es decir, unos 840 vatios-hora si prefieres pensar en esos términos. Hacer la lata en la que irá el maíz requiere unas 1006 kcal de energía.

Conservas menos intensivas en energía que la congelación

Luego vienen las diferencias en el procesamiento: La cantidad de energía necesaria para procesar el maíz en cada método de almacenamiento. Procesar y congelar esos 450 g de maíz requiere unas 1550 kcal de energía; procesarlo para enlatarlo requiere unas 1300 kcal.

Conservas y Congelación casi iguales en el uso de energía

En total, para 450 g de maíz, la lata suma 2.306 kcal, mientras que la congelación requiere 2.272 kcal. Casi un empate… Excepto si tienes en cuenta que puedes guardar la lata en la alacena sin ningún aporte adicional de energía.

Alimentación, Energía y Seguridad supone que se necesitan unas 120 kcal/mes de energía para almacenar cada paquete de maíz congelado. Eso significa que si ese maíz permanece en el congelador durante más de 100 días, la ligera ventaja que tiene sobre el maíz en conserva desaparece.

El veredicto: en cuanto al uso de energía en el envasado y el procesamiento, la congelación y el enlatado están bastante igualados.

Lo que nos deja con variables que van más allá del alcance de esta comparación: El valor nutricional de las latas frente a las congeladas, el tiempo que piensas almacenarlas, si lo vas a hacer para un uso de emergencia cuando no puedas contar con la electricidad, el hecho de que prácticamente todos los lugares reciclan esas latas pero no necesariamente los envases congelados, etc, etc…

Sin mencionar una tercera opción: Conservar tus propias latas.

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