¿Cómo sobreviven los pelícanos pardos a esas inmersiones que desafían a la muerte en el océano?

Si alguna vez has observado a los pelícanos pardos, es probable que hayas presenciado un espectáculo hermoso y sorprendente: las grandes aves, que tienen una envergadura de poco más de dos metros, se elevan sobre el agua en busca de peces. Cuando ven a su presa, se convierten en una flecha de tiro con su afilado pico dirigido directamente al agua. A gran velocidad, chocan contra la superficie del mar y recogen su presa.

Ver un pájaro tan grande disparando en el agua es sorprendente. Pero aún más lo es el hecho de que puedan hacerlo sin romperse el cuello. ¿Cómo consiguen esta hazaña? El truco consiste en un pico especializado, huesos que inflan con aire y esa famosa bolsa de piel.

Los pelícanos se lanzan de cabeza al mar desde alturas considerables, pero unas adaptaciones especiales les frenan y les mantienen a salvo

KQED Science informa:

Una serie de adaptaciones anatómicas permiten al ave tomar estas inmersiones con calma. La forma de su pico es esencial, ya que reduce casi a cero la «resistencia hidrodinámica», es decir, las fuerzas de flexión causadas por el cambio de aire a agua. Es algo así como la diferencia entre golpear el agua con la palma de la mano y cortarla, al estilo del karate.

Y aunque todas las aves tienen huesos ligeros y llenos de aire, los esqueletos de los pelícanos lo llevan al extremo. Al sumergirse, inflan unos sacos especiales de aire extra alrededor del cuello y el vientre, que amortiguan el impacto y les permiten flotar.

Los pelícanos perfeccionaron el arte de esta técnica de pesca hace unos 30 millones de años, y no ha cambiado mucho desde entonces. Con tanta práctica y perfección a sus espaldas, no es de extrañar que sean unos maestros de la estrategia. Aquí tienes un breve vídeo que explica cómo las adaptaciones especiales protegen a los pelícanos de la pesca en picado:

Los pelícanos pardos han vuelto de forma maravillosa desde su casi extinción, cuando el DDT amenazó el futuro de la especie. Sin embargo, hay nuevas amenazas que afectan a las aves en la actualidad, como el calentamiento de las aguas y la sobrepesca que reduce las poblaciones de peces de las que se alimentan los pelícanos.

Ciudadanos científicos de la Costa Oeste están participando en un recuento semestral de aves, ayudando a los investigadores a averiguar cuántos pelícanos pardos hay en la costa. Si te interesa saber cómo participar, consulta el artículo de KQED sobre los recuentos organizados por Audubon y lo que significan para los pelícanos pardos desde Washington hasta Tijuana.

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