Los hipopótamos son el tercer animal terrestre más grande, después de los elefantes y los rinocerontes blancos. A pesar de su gran tamaño y de su aspecto de pato, son rápidos y furiosos, y se les considera uno de los animales más mortíferos de África.
La verdad es que los hipopótamos son extraordinariamente agresivos. Viven en grupos denominados «escuelas» o «bloats» (o a veces «pods» o «sieges») y se disputan la posición en la escala social. Los grandes «bostezos» que emiten son en realidad demostraciones de agresividad, mostrando sus grandes y afilados dientes. No hace falta mucho para que un hipopótamo se ponga a hacer berrinches, y las peleas son algo cotidiano.
No sólo van a por los demás, sino que un hipopótamo cargará contra cualquier cosa que perciba como una amenaza, incluso contra el ganado que pasta en las cercanías o contra las personas, ya sea en tierra firme o incluso cuando van en barca por un río. No se sabe cuándo atacará, ya que los hipopótamos son famosos por su imprevisibilidad. De hecho, sólo en noviembre del año pasado, un hipopótamo atacó una embarcación que transportaba escolares por un río de Níger. Doce de los niños y un aldeano murieron. Ya sea a pie o en una embarcación, cualquiera que se encuentre en el territorio de los hipopótamos debe considerar que está en peligro. Los hipopótamos pueden correr a una sorprendente velocidad de 14 millas por hora en distancias cortas, por lo que no es fácil dejar atrás a uno incluso en tierra. En definitiva, los hipopótamos son responsables de la muerte de unas 3.000 personas cada año.
A pesar de que los hipopótamos son tan mortíferos para el ser humano, éste es el causante de la rápida desaparición de los hipopótamos como especie. Los hipopótamos han perdido grandes extensiones de su hábitat a causa de los asentamientos humanos y ahora están confinados principalmente en zonas protegidas.