Imagina que los humanos existieran en el fondo del mar, donde la presión es inmensa. Probablemente nos pareceríamos a una versión aplastada de nosotros mismos, con cuellos inexistentes y nudillos arrastrándose por el fondo marino. O tal vez nos pareceríamos al pez globo. A profundidades de más de 9.000 pies, el pez globo flota, comiendo despreocupadamente todo lo que pasa por su camino. Las fuentes informan de que este relajado pez está amenazado por la sobrepesca.
El pez globo parece una masa gelatinosa de carne fruncida. La presión donde vive es una docena de veces superior a la de la superficie, por lo que el pez se ha adaptado. También conocido como Psychrolutes marcidus, el pez globo parece impulsarse sin mover un músculo, comiendo cualquier cosa que flote en su camino. De hecho, la hembra del pez globo flotará justo encima de sus huevos y se comerá cualquier cría que pase por allí.
Además, el pez globo puede ser uno de los peces más ahorradores de energía de la naturaleza. Su carne es sólo ligeramente más densa que el agua, por lo que no gasta energía en nadar. Vive principalmente en las aguas profundas de Australia y Tasmania y hasta hace poco apenas era visto por los humanos.
Pero ahora el pez globo está haciendo su aparición, y por desgracia eso puede llevar a su extinción. A medida que los pescadores de aguas profundas arrastran el fondo del océano en busca de más manjares, están arrastrando al pez a la superficie. Al final, el sacrificio del pez ni siquiera le hace ganar un lugar en el plato. El pez, que se marchita cuando se expone al aire, es completamente incomestible. A los expertos les preocupa que el pez globo se enfrente pronto a la extinción.