En el que abordamos una de las preguntas más acuciantes de la vida.
En este mundo loco y lleno de maravillas, hay muchas preguntas que hacerse. ¿Por qué el cielo es azul? ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿A qué huelen los osos polares? Vale, puede que esto último no esté en lo alto de la lista de misterios esenciales de todo el mundo, pero yo sí que me lo he planteado.
En mi opinión, huelen en parte a perro y en parte a ventisca, pero claro, eso viene del cerebro de un ratón de ciudad que vive en Brooklyn. Sin embargo, la Dra. Thea Bechshoft, experta en osos polares con sede en Aarhus (Dinamarca), tiene un conocimiento mucho más sólido del tema.
Cuando se le pregunta a qué huelen los osos polares, Bechshoft dice%20que%20es%20algo%20que%20se%20había%20preguntado%20durante%20años,%20″así que, la primera vez que estuve cerca de un oso polar sedado, enterré inmediatamente la cara en su pelaje para olerlo bien» ¡Si!
Sorprendentemente, Bechshoft dice que no tiene mucho de perro, ni de gato, ni de caballo, ni de oveja. Más bien, el olor es muy sutil. Dice,
Si tuviera que compararlo con algo (y lo he pensado bastante), sería… hmm… imagina que has dado un largo paseo por el mar en un día muy ventoso. El olor de tu pelo limpio, no perfumado y movido por el viento cuando vuelves a entrar es lo más parecido a describir cómo huele un oso polar, lo creas o no.
¿No es maravilloso? Pero también, ¿no es extraño? ¿Por qué los osos polares no huelen más a animal?
Bechshoft explica que el hábitat de los osos polares se compone de agua, hielo y nieve, y como tal, es un entorno de olor muy neutro en primer lugar. Como no tienen territorios que defender, no necesitan marcar su territorio con su olor; «no necesitan tener un olor fuerte y no se revuelcan en cosas malolientes como hacen los perros», dice.
Dicho esto, no todo es olor a pelo de playa fresco todo el tiempo. Un oso polar que está comiendo una foca puede oler a ese esfuerzo, mientras que una hembra adulta que sale de la madriguera con un recién nacido puede tener también un olor más fuerte. Pero, en general, un oso polar debe oler tan puro como la nieve batida en la que vive.