Los vertidos de petróleo causados por buques cisterna dañados, tuberías o plataformas petrolíferas en alta mar suelen provocar daños medioambientales inmediatos y a largo plazo que pueden durar décadas. Estas son algunas de las áreas más notables de daños medioambientales causados por vertidos:
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Playas, marismas y frágiles ecosistemas acuáticos
Los derrames de petróleo cubren todo lo que tocan y se convierten en partes no deseadas pero duraderas de todos los ecosistemas en los que entran. Cuando una mancha de petróleo de un gran vertido llega a una playa, el petróleo cubre y se adhiere a cada roca y grano de arena. Si el petróleo llega a las marismas costeras, a los manglares o a otros humedales, las plantas fibrosas y las hierbas absorben el petróleo, lo que puede dañar las plantas y hacer que la zona sea inadecuada como hábitat de la fauna.
Cuando el petróleo deja de flotar en la superficie del agua y empieza a hundirse en el medio marino, puede tener efectos perjudiciales similares en los frágiles ecosistemas submarinos, matando o contaminando a los peces y a los organismos más pequeños que son eslabones esenciales de la cadena alimentaria mundial.
A pesar de los esfuerzos masivos de limpieza tras el vertido de petróleo del Exxon Valdez de 1989, por ejemplo, un estudio realizado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) descubrió que aún quedaban 26.000 galones de petróleo atrapados en la arena de la costa de Alaska. Los científicos que realizaron el estudio determinaron que el petróleo residual disminuía a un ritmo inferior al cuatro por ciento anual.
Pájaros
Las aves cubiertas de petróleo son un símbolo universal de los daños medioambientales causados por los vertidos de petróleo. Algunas especies de aves costeras pueden escapar reubicándose si perciben el peligro a tiempo, pero las aves marinas que nadan y bucean en busca de su alimento son las más propensas a quedar cubiertas de petróleo tras un vertido. Los vertidos de petróleo también dañan las zonas de nidificación, lo que puede causar graves efectos a largo plazo en especies enteras. El vertido de petróleo de BP Deepwater Horizon en 2010 en el Golfo de México, por ejemplo, se produjo durante la principal temporada de apareamiento y anidación de muchas especies de aves y marinas, y las consecuencias medioambientales a largo plazo de ese vertido no se conocerán hasta dentro de unos años. Los vertidos de petróleo pueden alterar las pautas migratorias al contaminar las zonas en las que normalmente se detienen las aves migratorias.
Incluso una pequeña cantidad de petróleo puede ser mortal para un ave. Al recubrir las plumas, el petróleo no sólo imposibilita el vuelo, sino que destruye la impermeabilidad y el aislamiento naturales de las aves, dejándolas vulnerables a la hipotermia o al sobrecalentamiento. Cuando las aves se acicalan frenéticamente las plumas para restablecer sus protecciones naturales, a menudo tragan petróleo, lo que puede dañar gravemente sus órganos internos y provocarles la muerte. La mejor estimación del vertido de petróleo del Exxon Valdez es que mató a 250.000 aves marinas.
Mamíferos marinos
Los vertidos de petróleo suelen matar a mamíferos marinos como ballenas, delfines, focas y nutrias marinas. El petróleo puede obstruir los espiráculos de las ballenas y los delfines, impidiéndoles respirar adecuadamente y perturbando su capacidad de comunicación. El petróleo recubre el pelaje de las nutrias y focas, dejándolas vulnerables a la hipotermia.
Incluso cuando los mamíferos marinos escapan a los efectos inmediatos, un vertido de petróleo puede contaminar su alimentación. Los mamíferos marinos que comen pescado u otros alimentos expuestos a un vertido de petróleo pueden ser envenenados por el petróleo y morir o sufrir otros problemas.
El vertido de petróleo del Exxon Valdez mató a 2.800 nutrias marinas, 300 focas de puerto y hasta 22 orcas. En los años posteriores al vertido del Exxon Valdez, los científicos observaron mayores tasas de mortalidad entre las nutrias marinas y otras especies afectadas por el vertido, así como un retraso en el crecimiento u otros daños entre otras especies. Treinta y cinco años después de la catástrofe, los investigadores han constatado que el ecosistema de Prince William Sound parece haberse recuperado finalmente, y los efectos localizados en las nutrias marinas parecen haberse resuelto.
Peces
Los vertidos de petróleo suelen ser mortales para los peces, mariscos y otras especies marinas, sobre todo si muchos huevos o larvas de peces están expuestos al petróleo. Las pesquerías de gambas y ostras de la costa de Luisiana fueron algunas de las primeras víctimas del vertido de petróleo de BP Deepwater Horizon. Del mismo modo, el vertido del Exxon Valdez destruyó miles de millones de huevos de salmón y arenque. Las pesquerías afectadas por el Exxon Valdez tardaron más de tres décadas en recuperarse.
Hábitat de la fauna y flora silvestres y zonas de cría
El daño a largo plazo a las especies y a sus hábitats y zonas de nidificación o cría es uno de los efectos medioambientales de mayor alcance causados por los vertidos de petróleo. Incluso las especies que pasan la mayor parte de su vida en el mar, como varias especies de tortugas marinas, deben llegar a tierra para anidar. Las tortugas marinas pueden verse perjudicadas por el petróleo que encuentran en el agua o en la playa donde desovan, sus huevos pueden resultar dañados por el petróleo y no desarrollarse adecuadamente, y las tortugas recién nacidas pueden verse manchadas de petróleo mientras se dirigen hacia el océano a través de una playa aceitosa.
En definitiva, la gravedad de los daños medioambientales causados por un vertido de petróleo depende de muchos factores, como la cantidad de petróleo derramado, el tipo y el peso del petróleo, la ubicación del vertido, las especies de fauna y flora de la zona, el momento de los ciclos de reproducción y las migraciones estacionales, e incluso el tiempo en el mar durante y después del vertido de petróleo.