¿Qué es el Kintsugi?

Si rompes un cuenco o un jarrón, es probable que lo tires. Si es una reliquia o tiene un valor sentimental, puedes intentar repararlo minuciosamente para que las grietas sean lo más invisibles posible.

O bien, puedes adoptar el enfoque kintsugi.

El kintsugi es una forma de arte japonesa en la que las roturas y reparaciones se tratan como parte de la historia del objeto. Los artesanos arreglan cuidadosamente las cerámicas rotas con una resina de laca mezclada con oro, plata o platino en polvo. Las reparaciones son visibles, bellas y un antídoto contra la cultura de lo desechable.

Kintsugi significa «carpintería de oro» en japonés. (A veces el proceso se llama kintsukuroi, que significa «reparación dorada»)

Historia de la técnica Kintsugi

Una pieza de cerámica que ha sido reparada con la forma de arte kintsugi utilizando laca y oro

El arte puede remontarse a finales del siglo XV, explica The Washington Post, cuando el shogun japonés Ashikaga Yoshimasa devolvió un cuenco de té chino roto a China para que lo repararan. Le devolvieron el cuenco sujeto con grapas metálicas poco atractivas. En aquella época, las grapas eran el principal método utilizado para arreglar las vasijas rotas, pero valiosas. Se hacían pequeños agujeros a ambos lados de las piezas rotas y luego se doblaban las grapas de metal y se utilizaban para mantenerlas en su sitio.

El resultado era práctico, pero no muy atractivo. La experiencia de Yoshimasa puede haber desencadenado una búsqueda por parte de los artesanos japoneses para encontrar un nuevo tipo de reparación que pudiera hacer que los objetos dañados parecieran nuevos, o incluso mejores.

La artesanía llegó a ser tan hermosa y tan venerada que los coleccionistas desarrollaron un apetito por las piezas reparadas. Algunas personas fueron acusadas de romper a propósito objetos preciados sólo para poder repararlos con el arte dorado. Hay quien dice que un objeto reparado con kintsugi parece más bello que cuando estaba entero.

La reparación se convierte en arte

Cuando una vasija de cerámica se somete a esta transformación de reparación, su superficie, antes lisa, se cubre de ríos de zigzags y dibujos de colores. Como las reparaciones se hacen con una habilidad meticulosa (y con metal precioso), las fracturas remendadas parecen inmaculadas y artísticas.

Dice Blake Gopnik, del Post: «Adquieren el aspecto de una incursión deliberada de abstracción radicalmente libre en un objeto que fue fabricado según un sistema totalmente diferente. Es como un pequeño momento de free jazz tocado durante una fuga de Bach».

Mira cómo los artesanos del Kintsugi explican el oficio utilizado para reparar objetos preciosos en Japón:

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