Un virus come alas está matando a las abejas en todo el mundo, dicen los científicos

Las poblaciones de abejas de todo el mundo están sufriendo la propagación de un virus mortal que les carcome las alas.

El virus del ala deformada (DWV) se detectó por primera vez hace 40 años, pero según los científicos, una nueva cepa que surgió en los Países Bajos en 2001 está en aumento.

Las abejas son las más afectadas por el virus, que es transmitido por un ácaro parásito llamado Varroa Destructor.

«Estos ácaros no solo transmiten virus entre las abejas, sino que también comen los tejidos de las abejas», explica el profesor Robert Paxton, zoólogo de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (MLU) de Alemania, que dirigió el nuevo estudio.

Después de analizar datos sobre casos de DWV de los últimos 20 años, los investigadores descubrieron que la mutación del virus ya reemplazó a la cepa original en Europa. Se está propagando rápidamente y ahora amenaza a las colonias de abejas de todo el mundo.

Australia es la única masa terrestre importante en la que no se ha detectado el virus, probablemente porque el ácaro Varroa aún no ha podido propagarse ampliamente allí.

La difícil situación de las abejas está bien documentada, con destrucción del hábitat, uso de pesticidas y el cambio climático contribuyen a su declive. Casi 1 de cada 10 poblaciones de abejas silvestres en toda Europa se enfrenta a la extinción, según la organización benéfica medioambiental Friends of the Earth.

Mike Groll/AP

A pesar de todas las formas en que los humanos están empujando a estos polinizadores cruciales al límite, Paxton dice que «el virus del ala deformada es definitivamente la mayor amenaza para las abejas».

Habiendo evaluado unos 3.000 conjuntos de datos para abejas y abejorros terrestres grandes, agrega que los estudios de laboratorio muestran que la nueva variante mata a las abejas más rápido y se transmite más fácilmente.

¿Cómo afecta el virus de las alas deformadas a las abejas?

Las alas encogidas son el síntoma más evidente tanto de la DWV-A (la cepa original) como de la variante DWV-B. Pero el virus ataca a las abejas desde adentro hacia afuera.

Los abdómenes cortos y redondeados y las piernas paralizadas son otros signos de que se ha afianzado, después de lo cual las abejas tienen menos de 48 horas de vida. Los insectos sintomáticos suelen ser expulsados ​​de la colmena.

Hay varias formas de proteger a las abejas del ácaro Varroa y del virus, explica Paxton.

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«Lo más importante es prestar atención a la higiene en la colmena. Aquí, las medidas simples pueden ayudar a proteger no solo a la propia colonia de Varroa, sino también a las abejas silvestres que nadie más está cuidando».

También se encontró evidencia del virus en muestras tomadas de especies de abejas que comúnmente no se mantienen comercialmente como los grandes abejorros terrestres.

«Sigue siendo incierto si el virus tendrá consecuencias igualmente devastadoras en los abejorros y otras abejas silvestres. Hasta ahora, las colonias de abejorros comerciales infectadas con el virus no están muriendo a un ritmo significativamente mayor», agrega Paxton.

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