¿Se esconden estas marcas de moda poco éticas en tu armario?

Las tiendas de sudor son una realidad oculta en un mundo cada vez más globalizado. Es difícil saber en qué condiciones se ha fabricado tu camisa, especialmente cuando viene de la otra punta del mundo. Por supuesto, es importante señalar que, aunque muchos talleres clandestinos no son propiedad ni están gestionados por las grandes empresas, esto no debería excusarlas de hacer la vista gorda ante las violaciones de los derechos humanos o laborales, ni de actuar en consecuencia. Como clientes de esas fábricas, estas empresas (y nosotros, los consumidores) tenemos el mayor poder, en última instancia, para presionar por unas condiciones de trabajo más seguras y justas: poniendo tu dinero donde está tu boca. Para ayudarte a tomar una decisión más informada y ética en favor de un planeta más equitativo, aquí tienes siete marcas de moda sospechosas de utilizar talleres de explotación y prácticas laborales poco éticas que deben esforzarse más por limpiar sus actos.

Tabla de contenidos

1.h&m;

Con sede en Suecia, este gigante internacional de la ropa emplea a 68.000 personas en todo el mundo en 1.400 tiendas repartidas por 29 países. El año 2010 ha sido poco halagüeño para H&M;: Primero, su megatienda de Nueva York fue expuesta por cortar la mercancía no vendida -como los abrigos- y tirarla en bolsas sin marcar, todo ello en medio de un gélido invierno. Después, la edición alemana del Financial Times reveló que H&M; estaba cometiendo un fraude con el algodón orgánico. Por último, a principios de marzo, The Independent informó de que una fábrica de explotación de Bangladesh que suministraba a H&M; se incendió, matando a 21 trabajadores que habían estado trabajando hasta altas horas de la noche para cumplir una cuota. Las salidas de emergencia estaban bloqueadas y el equipo de extinción de incendios no funcionaba.

2. Abercrombie & Fitch

Con su ropa informal de estilo preppy, dirigida principalmente a adolescentes y jóvenes, este minorista de moda estadounidense ha sido noticia en los últimos años por sus procedimientos de contratación discriminatorios, según informa CBS News, sus camisetas culturalmente insensibles y sus polémicas camisetas acusadas de ser sexistas, además de sus prácticas laborales poco humanas.

Según CBC News y Behind The Label, en 2002 Abercrombie & Fitch fue una de las empresas que llegó a un acuerdo en una demanda colectiva en la que se alegaba que empresas como Target, Gap, J.C. Penney y Abercrombie & Fitch se habían beneficiado del trabajo en talleres clandestinos en el territorio estadounidense de Saipán, una isla situada en el Pacífico que establece sus propias leyes de inmigración.

Al parecer, se engañaba a los trabajadores inmigrantes para que acudieran al territorio estadounidense con falsas promesas de encontrar un buen trabajo en suelo americano, sólo para obligarlos a pagar cuotas de contratación de hasta 7.000 dólares cosiendo ropa 12 horas al día, siete días a la semana. También se obligaba a los trabajadores a firmar contratos que les prohibían pedir un aumento de sueldo, participar en actividades religiosas o políticas, tener un hijo o casarse, algo que dista mucho de los lemas de partido de la firma A&F, estampados en su ropa.

Una década después, las aguas siguen turbias: en 2009, Abercrombie & Fitch se ganó un puesto en el Salón de la Vergüenza del Foro Internacional de los Derechos Laborales, así como en la lista de empresas de transparencia cero de Responsabilidad Corporativa.

3.The Gap (Old Navy y Banana Republic)

Con decenas de tiendas en todo el mundo, la cadena estadounidense The Gap es un peso pesado del comercio minorista, con unos beneficios de 15.900 millones de dólares en 2007. Ese mismo año, The Telegraph detalla cómo en una redada en una fábrica de Nueva Delhi se encontraron niños de hasta ocho años cosiendo ropa destinada a las tiendas Gap.

Como ya se ha mencionado, en el año 2000, una audiencia del subcomité del Senado reveló que Gap estaba contratando trabajos a fábricas de propiedad china y coreana en el territorio estadounidense de Saipán. Este agujero permitió a Gap reducir drásticamente los costes de mano de obra mientras seguía produciendo ropa técnicamente «Made in USA». Las fábricas empleaban principalmente a mujeres jóvenes chinas que trabajaban en malas condiciones y obligaban a las trabajadoras embarazadas a abortar para poder seguir trabajando, informa ABC News.

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