El precio del cobre, apodado el «nuevo oro negro», se disparó a niveles históricos este año, empujando a Rusia a reabrir una antigua mina siberiana que había estado inactiva durante décadas.
Excavada por primera vez en 1949 cuando una expedición soviética en Siberia buscaba uranio para abastecer su arsenal nuclear nacional, la expedición tropezó en cambio con un vasto depósito de cobre.
La tecnología en ese entonces limitaba la excavación del metal precioso, pero con la maquinaria minera del siglo XXI, las operaciones deben iniciarse el próximo año.
«La Unión Soviética no pudo desarrollar estos depósitos», dijo Valery Kazikayev, presidente de Udokan Copper, la compañía que desarrolla la mina.
Las construcciones en el sitio comenzaron en 2019.
La mina, ubicada a 6.500 kilómetros de Moscú, se encuentra tanto en una zona sísmica como en permafrost, lo que significa que el suelo permanece completamente congelado durante todo el año.
Las temperaturas pueden bajar a menos 60 grados centígrados en invierno, pero los trabajadores continúan operando de todos modos.
El subdirector general del sitio, Alexei Yaschuk, dice que los equipos ahora están acostumbrados a condiciones extremas.
«Seguimos trabajando también en invierno, ya que las temperaturas descienden por debajo de cero. Sin embargo, las grúas dejan de funcionar cuando la temperatura es negativa de 35 ° C, ya que el sistema hidráulico se congela. Y dejamos de trabajar en condiciones de baja visibilidad, si es inferior a 50 metros, las obras se detienen. De lo contrario, trabajamos 24 horas al día, 7 días a la semana «, declaró Yaschuk.
El cobre es clave para la transición energética mundial que se aleja del carbono, y la esperanza es que sea un auge para Rusia y más allá.
«El proyecto es un evento largamente esperado en la vida del Lejano Oriente y de toda la industria minera de Rusia y del mundo», agregó Kazikayev.
Con más de 26 millones de toneladas de cobre, la mina afirma ser el depósito sin explotar más grande de Rusia y el tercero más grande del mundo.
Además de sus depósitos de cobre, la nueva excavación es una ubicación óptima para trasladar el metal desenterrado al lucrativo mercado asiático.
«Desde aquí podemos llegar a la frontera china y al norte de China utilizando el cercano ferrocarril BAM, así como nuestros puertos marítimos para entregar nuestros productos al sur de China, Corea y Japón», dijo Kazikayev.
Se espera que la demanda del metal continúe creciendo debido a su uso en tecnologías de energía verde.
«Durante los próximos 15 años, la demanda de cobre crecerá un 30%», señaló Yulia Buchneva, analista de Fitch Ratings en Moscú.
El cobre juega un papel clave en las energías renovables y las tecnologías verdes, explicó, debido a sus propiedades de conductividad térmica y eléctrica.
Citó, en particular, la creciente producción de vehículos eléctricos, que dependen del cobre.
Para desarrollar el proyecto, Udokan Copper recaudó casi 2.500 millones de euros de los bancos rusos.