Record de temperaturas en España. España se recalienta

El cambio del sistema climático global, como consecuencia de las actividades humanas que emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera (principalmente, combustión de energías fósiles), es una realidad que cada año se hace más evidente.  La concentración de CO2 no hace más que batir récords. En abril de 2019, la media diaria llegó a las 415 ppm (partes por millón) de CO2 en la atmósfera, 100 ppm más que cuando comenzaron los registros, en 1960.

Esta concentración deriva en un sobrecalentamiento de la Tierra, que desestabiliza su sistema climático y acarrea impactos fatales para la economía, la salud o la propia supervivencia de las especies. Entre estas amenazas climática está la alteración en las precipitaciones (sequía, inundaciones, etc.), el aumento del nivel del mar, los fenómenos extremos (huracanes, ciclones, etc.) —cada vez más frecuentes y virulentos— y otros efectos más directamente relacionados con el aumento de temperatura: olas de calor extremas, migración de especies, propagación de enfermedades tropicales, etcétera.

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2019 ha sido el año más cálido de la historia

A nivel global, el 2019 fue el segundo año más cálido de la historia, sólo superado por 2016. Desde que hay registros, este último lustro ha sido el más cálido. Y también esta última década.

De hecho, es una tendencia: desde 1980 cada década es más caliente que la anterior.  Así lo pone de manifiesto el  Resumen ejecutivo del clima en 2019, elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y en el que se analizan algunos de los efectos del cambio climático en España. Concretamente: el aumento de temperatura, la distribución de las precipitaciones, los episodios de lluvias torrenciales y las olas de calor.

Para España, el 2019 no fue, en cuanto a precipitaciones, un año atípico. Sí lo fue en cuanto a temperatura. La media anual fue de 15,9ºC, lo que comporta un 0,8ºC más que el valor medio anual entre 1981 y 2010. Desde que se tienen registros, fue el sexto más cálido, y también fue el sexto más cálido en lo que va de siglo XXI, después de 2017, 2011, 2015, 2014 y 2006.

Cada vez llueve menos en el mundo

En cuanto a precipitaciones, a nivel mundial hubo regiones del mundo que experimentaron una bajada en las precipitaciones. Es, por ejemplo, el caso de Australia, Indonesia, el sureste asiáitco, el suroeste de África y América Central. Por el lado contrario, EEUU, Canadá, el norte de Rusia y el suroeste de Asia tuvieron valores por encima de lo habitual.

En España, no obstante, las precipitaciones estuvieron más o menos en lo que se podría considerar normal. La media anual de precipitaciones fue de 628 mm, un 3% por debajo del promedio del periodo de referencia. Sin embargo, la Aemet destaca que el año había sido muy seco hasta noviembre y diciembre, pero entonces llegaron las DANAs, con abundantes lluvias que compensan el déficit. Pero esto afectó principalmente a las provincias de Alicante y Murcia.

Esta irregularidad espacial y temporal de precipitaciones significó una sequía con “posibles efectos” sobre la actividad agrícola desde mayo hasta noviembre, y sobre la disponibilidad de agua en embalses y aguas subterráneas desde junio hasta final del año, resume el estudio.

“No es sencillo relacionar las variaciones de la precipitación en las últimas décadas en nuestro país con el cambio climático causado por la actividad humana, ya que existe una gran variabilidad espacial y temporal correlacionada con fenómenos naturales como la oscilación del Atlántico Norte (NAO), que, a su vez, tiene también una variabilidad decadal y multidecadal. No obstante, existen estudios que afirman que la precipitación media anual ha experimentado un moderado descenso en los últimos 50 años”, señalan los especialistas.

Meteorología cambiante en España

En cuanto a los fenómenos meteorológicos adversos, resaltan entre los más intensos (con riesgo extremo para la población) los picos de temperaturas máximas vividos en Gipuzkoa, Bizkaia, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña (junio), Zaragoza y Bizkaia (julio) y Valencia (agosto); la precipitación acumulada en 12 horas vivida en Alicante y Valencia (abril), Almería, Alicante, Valencia y Murcia (septiembre) y Tarragona, Lleida y Girona (octubre); los fenómenos costeros como el temporal marítimo que impactó a Menorca en enero, A Coruña y Pontevedra (febrero), Cantabria, Asturias, Bizkaia, A Coruña y Pontevedra (noviembre) y Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco (diciembre) o las tormentas en Almería, Alicante, Valencia y Murcia (septiembre).

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