Conoce el coque de petróleo

El coque de petróleo, o coque de petróleo, es un subproducto del refinado del petróleo crudo. Está formado principalmente por carbono, con cantidades variables de azufre y metales pesados. Tiene muchos usos industriales, como la producción de baterías, acero y aluminio. El coque de petróleo de grado inferior, que contiene mayores concentraciones de azufre, se utiliza como combustible en las centrales eléctricas de carbón y en los hornos de cemento. Se calcula que el carbón de calidad inferior representa entre el 75% y el 80% de todo el coque de petróleo producido.

La producción de coque de petróleo en Norteamérica ha aumentado en los últimos años debido al refinado del petróleo crudo procedente de la región de arenas bituminosas de Canadá. Si se extrajera y refinara todo el betún recuperable (las «reservas probadas») de las arenas bituminosas, se podrían producir varios miles de millones de toneladas de coque de petróleo. Cuando funcionan a pleno rendimiento, las grandes refinerías estadounidenses pueden producir de 4.000 a más de 7.000 toneladas de coque de petróleo al día. En 2012, Estados Unidos exportó 184 millones de barriles (33 millones de toneladas métricas) de coque de petróleo, principalmente a China. También se produce mucho coque de petróleo en Canadá, muy cerca de las arenas bituminosas, donde el betún se convierte en petróleo crudo sintético o syncrude.  

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Una fuente problemática de dióxido de carbono atmosférico

La alta densidad del betún, o lo que le da esa consistencia semisólida, se explica porque contiene más carbono que el petróleo convencional. El refinado del petróleo crudo de arenas bituminosas implica la reducción del número de átomos de carbono por molécula de hidrocarburo. Estos átomos de carbono desechados acaban formando coque de petróleo. Como actualmente se refinan grandes volúmenes de petróleo crudo de arenas bituminosas, se producen grandes cantidades de coque de petróleo de baja calidad que se venden como combustible barato para las plantas de carbón. En esta combustión del coque de petróleo es donde el betún de arena bituminosa libera más dióxido de carbono, en comparación con el petróleo convencional. El coque de petróleo produce más CO2 por libra que casi cualquier otra fuente de energía, lo que lo convierte en un contribuyente de gases de efecto invernadero y, por tanto, en un impulsor del cambio climático global.

No es sólo un problema de carbono

La refinación del betún de arena de alquitrán, rico en azufre, concentra el contenido de azufre en el coque de petróleo. En comparación con el carbón, la combustión del coque de petróleo requiere el uso de controles de contaminación adicionales para capturar gran parte de ese azufre. Además, los metales pesados también se concentran en el coque de petróleo. Preocupa la liberación de estos metales al aire cuando se utiliza el coque de petróleo como combustible en una central eléctrica de carbón. Estos mismos metales pesados concentrados pueden entrar en el medio ambiente en los lugares de almacenamiento en los que se acumulan grandes pilas de coque de petróleo, al descubierto. El epicentro de las quejas derivadas del almacenamiento de coque de petróleo parece estar en la zona de Chicago, Illinois. Grandes pilas de coque de petróleo, cada una de ellas formada por miles de toneladas del polvoriento material, se asientan a lo largo del río Calumet y proceden de una refinería de petróleo de la cercana Whiting, Indiana. Estos almacenes están muy cerca de zonas residenciales del sureste de Chicago, donde los residentes se quejan de que el polvo de las pilas de coque de petróleo llega a sus barrios. 

Efectos indirectos: Mantener abiertas las centrales de carbón

El reciente auge de la producción de gas natural ha supuesto un reto para las centrales eléctricas de carbón. Muchas se han cerrado o se han convertido en generadoras de energía de gas natural. Sin embargo, el coque de petróleo puede utilizarse simultáneamente con el carbón en muchas centrales eléctricas, una práctica conocida como cocombustión. Existen algunos retos técnicos asociados a la cocombustión (por el alto contenido de azufre del coque de petróleo, por ejemplo), pero el bajísimo precio del coque de petróleo podría ser un factor importante para mantener abiertas las centrales de carbón en un entorno energético económicamente competitivo. Se podría dar nueva vida a las centrales de carbón que están a punto de cerrar, con un resultado neto de elevadas emisiones de CO2.

Fuentes

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