¡Alarmante! Economía Circular: La Última Esperanza Contra el Clima

Enfrentarse a la crisis climática parece una misión imposible, considerando la maraña de causas y conflictos de intereses. Pero, ¿y si te dijera que hay soluciones innovadoras a la vuelta de la esquina?

Dentro de los grandes emisores de carbono, como el sector energético y el transporte, la construcción emerge como un coloso contaminante, lanzando al aire el 5% de las emisiones globales de CO2. Sí, has leído bien, el sector que nos da techo, también contribuye enormemente al problema climático.

La culpa recae en gran medida sobre los hombros de los materiales usados. Solo piénsalo, el hormigón, favorito mundial, requiere de 1,6 billones de toneladas de cemento anualmente, y sí, cada tonelada produce una tonelada de CO2. Estamos hablando de 1,6 billones de toneladas de CO2 al año, solo por cemento. Y eso sin mencionar la maquinaria a base de combustibles fósiles y las montañas de residuos generados.

Ante este panorama, no es de sorprender que la mirada se vuelva hacia materiales sostenibles como la madera y el bambú, verdaderos guerreros en la batalla contra el calentamiento global.

Pero el as bajo la manga podría ser la economía circular.

Imagina reducir las emisiones en un 60%

La Agencia Europea del Medio Ambiente nos trae esperanzas, mostrando que la integración de la economía circular en construcción podría rebajar las emisiones de gases de efecto invernadero en un deslumbrante 60%.

La estrategia es clara: hacer que el ciclo de los materiales sea un bucle infinito, preservando su calidad y utilidad el máximo tiempo posible. La economía circular se convierte, entonces, en la clave para rejuvenecer productos y darles innumerables vidas.

Desde prevenir la pérdida de materiales, pasando por innovaciones en la fabricación, hasta optar por materiales de baja huella de carbono, las posibilidades son tan vastas como fascinantes.

La AEMA no se quedó atrás y nos presentó un informe con un abanico de acciones de economía circular; desde la impresión 3D de elementos constructivos hasta estrategias para prolongar la vida de nuestros edificios.

Para 2050, el panorama es alentador. Si adoptamos una estrategia ambiciosa, podríamos ver una reducción de hasta el 61% en las emisiones de gases de efecto invernadero. Eso se traduce en 130 millones de toneladas menos de CO2, cambiando radicalmente el impacto de la construcción en nuestro planeta.

Aún hay más: la eficiencia energética tiene un papel crucial que jugar, tanto en la fase de construcción como a lo largo de toda la vida útil de los edificios.

Materiales que pueden cambiar el juego

Reducir el uso de hormigón, cemento y acero es esencial, afirma el informe de la AEMA. Estos materiales poseen el mayor potencial de aligerar nuestra huella de carbono.

Entre las medidas más prometedoras se encuentran: en la fase de diseño, reducir un 12% de las emisiones ajustando las especificaciones del hormigón; en la fase de producción, un recorte del 16% mediante cementos alternativos; y en la demolición y manejo de residuos, un ahorro del 15% al reutilizar acero estructural.

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