Problemas Inherentes a la Acuicultura

A menos que vivas en la Costa del Golfo, cuando compras gambas congeladas en el supermercado, es muy probable que los crustáceos no hayan pasado ni un día en el océano. Es posible que hayan sido criados en una granja de camarones con el propósito específico de ser vendidos como alimento. Este proceso es sólo uno de los muchos que entran en la definición de acuicultura.

Puede tratarse de peces de agua dulce o salada, plantas u otras formas de vida, y los motivos pueden ser comerciales -como en el ejemplo de las gambas- o pueden ser medioambientales o de investigación.

Aunque la acuicultura beneficia al medio ambiente de muchas maneras, también hay varios problemas relacionados con su uso que es importante conocer, especialmente si estás pensando en participar en el sector.

Tabla de contenidos

El medio ambiente

Como un acuario gigante, las piscifactorías terrestres viven en tanques que contienen agua sucia que hay que cambiar. Dependiendo de la configuración del sistema, esto puede dar lugar al vertido de importantes cantidades de aguas residuales que contienen heces, nutrientes y productos químicos liberados al medio ambiente. El vertido de esta materia puede dar lugar a floraciones de algas que acaban eliminando el oxígeno disuelto en el cauce receptor, o eutrofización. El contenido nulo de oxígeno provoca la muerte de los peces.

Además, los productos químicos como los antibióticos y los agentes de tratamiento del agua que se utilizan habitualmente en la industria de la acuicultura pueden verterse en los cursos de agua. Los sistemas de acuicultura deben cerrarse, o las aguas residuales deben ser tratadas antes de su vertido.

La propagación de enfermedades en las granjas acuícolas

Las operaciones de acuicultura pueden propagar parásitos y enfermedades a la naturaleza. Al igual que los gallineros comerciales deben mantenerse limpios y son famosos por la propagación de enfermedades, los peces y mariscos de piscifactoría están sujetos a las mismas circunstancias. Además, los peces de piscifactoría tienen más posibilidades de contraer parásitos, como los piojos de mar, a diferencia de los peces que viven y se reproducen en su entorno natural.

Los peces de piscifactoría están expuestos a enfermedades por el uso de pescado sin procesar como fuente de alimento. Algunas piscifactorías utilizan el pescado sin procesar como fuente de alimento, en lugar de los pellets de pescado procesados, que son más seguros.

Escapes

La acuicultura es una de las mayores causas de introducción de especies extrañas en nuevas zonas. Esta introducción puede crear una propagación insalubre de las especies invasoras si se dan las condiciones adecuadas. Los peces y otros animales de piscifactoría pueden escaparse de sus corrales, dañando el medio ambiente y amenazando a las poblaciones de peces autóctonas.

En consecuencia, los peces de piscifactoría que se escapan pueden competir por el alimento y el hábitat, desplazar a las especies autóctonas e interferir en la vida de las especies salvajes. También pueden ser portadores de enfermedades y parásitos que pueden matar a las especies autóctonas. Además, los peces de piscifactoría escapados pueden reproducirse con la población silvestre, lo que puede diluir la reserva genética natural y amenazar la supervivencia y evolución a largo plazo de las especies silvestres.

Impactos secundarios

Debido a que los peces de piscifactoría necesitan una fuente de alimento, otras especies salvajes corren el riesgo de ser sobreexplotadas para la fabricación de alimentos para peces. Como la mayoría de los peces de piscifactoría son carnívoros, se les alimenta con pescado entero o con pellets de pescado. Especies como la caballa, el arenque y la pescadilla están amenazadas por la necesidad de crear alimento para las especies de piscifactoría.

Efectos de la construcción

Tanto la fauna terrestre como la acuática pueden perder sus hábitats con la construcción de instalaciones de acuicultura si se sitúan a lo largo de la propiedad costera. A menudo las empresas de acuicultura se sitúan cerca de las costas por el fácil acceso al agua limpia y natural.

En un ejemplo, tal y como informa El Ecologista, se han talado bosques de manglares para dejar espacio a las granjas de camarones. El proyecto patrocinado por el gobierno en 2010 tenía como objetivo reducir la pobreza en Malasia. En lugar de ello, destruyó los bosques de los que la población local dependía para alimentarse y los puestos de trabajo prometidos no se produjeron.

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