Cuando se trata de beber, la mayoría de los perros no son muy exigentes. Un cuenco de agua viscoso, un charco de barro… incluso una taza de váter abierta servirá en un apuro.
Pero los gatos, en cambio, suelen ser mucho más exigentes. Algunos no beberán de un cuenco de agua si está cerca de su cuenco de comida. Otros prefieren una fuente o incluso el fregadero de la cocina. Algunos gatitos quisquillosos no beben en recipientes de plástico o metal. Algunas de estas preferencias se remontan a sus ancestros y a sus instintos de supervivencia. Pero en algunos casos se trata simplemente de que los gatos son… bueno, gatos.
Aquí tienes un vistazo a las peculiaridades de las preferencias de bebidas de los gatos y a lo que puedes hacer para asegurarte de que tu gatito beba lo suficiente.
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A los gatos les gusta el agua corriente
Pones un bonito y fresco cuenco de agua delante de tu gato y se queda ahí sin tocarlo. Pero abres el grifo y tu gatito lame el agua que gotea. Puede haber varias razones para que tu gato no toque el agua que no se mueve. Instintivamente, tu gato puede saber que debe desconfiar del agua estancada, ya que se da cuenta de que el agua estancada no siempre es segura, dice la veterinaria Dra. Deb Greco a VetStreet. Su ADN salvaje les dice que el agua estancada puede estar contaminada, por lo que saben que el agua corriente es más segura.
Otro motivo por el que puede no gustarles estar encorvados sobre un cuenco es la precaria posición en la que se encuentran.
«Es difícil para los gatos conseguir agua, porque no pueden ver bien el agua estancada, y pueden sentirse vulnerables sentados en un cuenco, especialmente si está en una esquina, de modo que están de espaldas a otros gatos que podrían saltar sobre ellos», dice Greco.
El agua que gotea o corre del grifo -o el agua que gira en una fuente de agua recirculante para gatos- probablemente también sabe mejor porque está más fresca y oxigenada. Además, el movimiento hace que el agua sea más atractiva, como seguramente notarás si tu gato da zarpazos o chapotea en el agua.
La ubicación del cuenco de agua y comida es importante
Algunos gatos no tocan el agua si está demasiado cerca de su cuenco de comida. La teoría es que, en la naturaleza, los gatos mantendrían su comida lejos de las fuentes de agua para mantenerlas libres de bacterias y otras posibles contaminaciones. Mantener la comida y el agua cerca puede suponer el riesgo de que caigan trozos de comida en el agua al comer. Los gatos también tienen un fuerte sentido del olfato y a muchos no les gusta oler su comida cuando beben.
A los gatos no les gusta el agua «vieja»
Los gatos son muy sensibles al sabor, dice la experta en comportamiento felino Pam Johnson-Bennett. Asegúrate de rellenar el cuenco de tu gato todos los días con agua fresca o le sabrá a rancio, sugiere. La comida y la suciedad pueden acumularse en un cuenco de agua, haciendo que la bebida diaria de tu gato no sólo tenga un sabor desagradable, sino que también se llene de bacterias. Si tu gatito juega en su agua, también hay cosas asquerosas de sus patas (piensa en la caja de arena) que se transfieren a su agua.
Limpia el cuenco de tu mascota una vez al día con agua y jabón suave. Asegúrate de aclararlo bien. Los restos de jabón pueden tener mal sabor e incluso quemar la lengua de tu gato.
Los gatos necesitan comida húmeda
Debido a que el gato doméstico actual evolucionó a partir de ancestros que vivían en el desierto, tiene poca sed, según WebMD.
«Sabemos que la sensibilidad de los gatos a la sed está atenuada en comparación con la de los perros», explica a la web la doctora Linda P. Case, autora de «El gato: su comportamiento, nutrición y salud». «No [todos] beben agua voluntariamente como lo haría un perro». Y como algunos gatos no siempre beben lo suficiente y los gatos producen de forma natural una orina muy concentrada, «les estamos predisponiendo a sufrir problemas del tracto urinario cuando su dieta es pobre en líquidos».
Los expertos recomiendan prevenir los problemas alimentando al menos con comida enlatada para gatos.
En la naturaleza, los gatos se alimentan de presas como los ratones, que están compuestas por un 70 por ciento de agua, dice Donna Solomon, D.V.M. La mayoría de los alimentos enlatados contienen al menos un 75 por ciento de agua, mientras que los alimentos secos sólo contienen un 10 por ciento. El consumo de comida enlatada cumple la doble función de nutrir a tu gato y mantenerlo hidratado.
Los gatos alimentados con comida enlatada también tienen un menor riesgo de padecer enfermedades como hipertiroidismo, diabetes, estreñimiento y obesidad.
El tamaño y la forma del cuenco son importantes
Los gatos tienen bigotes sensibles. Si un cuenco es demasiado estrecho, tu gatito puede tener que aplastar desagradablemente sus bigotes para beber, lo que provoca una condición llamada «fatiga de los bigotes». Prueba varios tamaños y formas diferentes para ver cuál parece preferir tu mascota. También puedes probar con cuencos de distintos materiales. Es más fácil mantener limpios los cuencos de cerámica y acero inoxidable, pero a menudo los gatos parecen preferir los cuencos de cristal poco profundos.
Ten varios cuencos de agua para tu gato
Los gatos pueden ser caprichosos. Un poco de actividad inesperada puede alejarlos de sus lugares habituales. Por eso es una buena idea tener cuencos de agua en diferentes lugares de tu casa. Colócalos en lugares alejados y en otros sitios donde le guste pasar mucho tiempo. Asegúrate de que estén siempre limpios y llenos de agua fresca.
Vigila el nivel del agua
Asegúrate de que los cuencos de agua de tu gato nunca bajan demasiado ni se quedan llenos. Los gatos son animales de costumbres, dice Johnson-Bennett, y no les gustan los cambios. No llenes los cuencos hasta la punta un día y dejes que se queden sin nada al día siguiente. «Algunos gatos empiezan a mojar la pata porque no están seguros de dónde está la parte superior del agua en un día determinado», dice. «A los gatos les gusta la consistencia en su rutina diaria».