El colapso de un acuerdo de 867 millones de euros para frenar la deforestación en Indonesia ha puesto de relieve los problemas con una iniciativa climática respaldada por la ONU.
El mecanismo REDD + se estableció para proporcionar fondos públicos y privados para ayudar a los países en desarrollo a reducir la deforestación. Esta forma de destrucción ambiental representa más del ocho por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono cada año.
Durante la última década, han surgido cientos de proyectos en todo el mundo bajo la iniciativa. Estos van desde esquemas a nivel nacional apoyados por gobiernos extranjeros, hasta privados que generan ‘créditos de carbono’ para ser vendidos a empresas que buscan compensar las emisiones.
Pero la iniciativa ha sido objeto de controversias. Los ambientalistas dicen que los proyectos en lugares como Camboya, Perú y la República Democrática del Congo no lograron involucrar a las comunidades locales ni entregar los beneficios prometidos.
Indonesia, hogar de la tercera extensión de bosque tropical más grande del mundo, se alejó de un acuerdo de 867 millones de euros con Noruega el mes pasado, habiendo recibido solo una pequeña fracción del dinero.
El acuerdo se firmó en 2010 en un intento por reducir la deforestación desenfrenada de la nación asiática. Describió los pasos que los políticos de Yakarta debían tomar, incluido el desarrollo de una estrategia para combatir la pérdida de bosques.
Pero los cambios «avanzaron más lentamente de lo esperado» y la deforestación aumentó inicialmente, según un Informe de 2015 del Centro para el Desarrollo Global.
Y aunque las cifras muestran que la pérdida de bosques se ha ralentizado en Indonesia en los últimos cinco años, las autoridades afirman que no recibieron el pago esperado de 48 millones de euros por este éxito.
Los funcionarios indonesios dicen que terminaron el trato porque Noruega no había mostrado «ninguna buena voluntad» y estableció requisitos adicionales, como documentación sobre cómo se gastaría el dinero.
Los bosques antiguos se han perdido para siempre
Según Global Forest Watch, en 2001 Indonesia tenía aproximadamente 230 millones de acres de bosque primario, bosques antiguos que en gran parte no han sido perturbados por la actividad humana.
Para 2020, esta cifra había disminuido en aproximadamente un 10 por ciento, lo que significa que el archipiélago había perdido un área de bosque aproximadamente del tamaño de Portugal.
Aunque la tasa de pérdida de bosques se ha desacelerado desde 2016, los expertos se muestran escépticos sobre si el acuerdo con Noruega jugó un papel sustancial. En cambio, apuntan a otros factores, como un crecimiento económico más lento y mayores precipitaciones.
Frances Seymour, experta en silvicultura del Instituto de Recursos Mundiales, dice que el sistema no debería descartarse por completo, sino reformarlo para centrarse en iniciativas a gran escala.
Refiriéndose al objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, dice: «No hay forma de que puedas alcanzar los objetivos de temperatura de París sin detener la deforestación tropical».
«Los bosques enfrían la superficie del planeta y perdemos esa función de enfriamiento debido a la deforestación».
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