El fotógrafo y artista de performance de origen canadiense Michael Grab comenzó a explorar la antigua disciplina del equilibrio sobre piedras en el verano de 2008, mientras practicaba senderismo por el arroyo Boulder, en Boulder, Colorado. Desde entonces se ha convertido en una práctica meditativa diaria para él, y no es raro que atraiga a pequeñas multitudes de espectadores mientras crea estas instalaciones meticulosas y efímeras.
«Me asombra constantemente la quietud, por no decir la posibilidad, de formaciones tan precarias, en medio de condiciones a veces muy turbulentas», explica Grab en su sitio web, Gravity Glue. «Para mí, esto refleja nuestro propio potencial para mantener un punto de quietud en medio de la variedad de retos a los que cada uno se enfrenta a lo largo de su vida».
¿Y cómo lo hace? Muchas de sus esculturas, que parecen desafiar la gravedad, parecen tan fuera de este mundo que podrías pensar que se han utilizado adhesivos, cables u otros soportes externos, pero Grab dice que lo único que mantiene estos objetos en equilibrio es la gravedad.
Mira el siguiente vídeo para ver una breve demostración de las habilidades de equilibrio de Grab en acción:
La técnica para equilibrar las rocas es un concepto bastante sencillo. Al igual que las patas de un trípode, los equilibradores de rocas confían en el apoyo de los puntos de contacto correspondientes de forma natural -como los surcos o hendiduras naturales- para que sirvan de «patas» de apoyo a sus esculturas apiladas. Incluso las rocas grandes y poco manejables pueden equilibrarse en posiciones precarias siempre que haya al menos tres puntos de contacto sólidos que las apuntalen.
Grab’s dice que el mejor consejo para los equilibristas de piedra principiantes es «conocer» las rocas antes de intentar apilarlas: «Algunos caracteres de las rocas se coordinarán mejor con otros, viceversa, hacia atrás, hacia adelante, hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia arriba o hacia abajo. El truco que he encontrado es jugar y experimentar»