‘Jardines de esponjas’ gigantes descubiertos en las profundidades del Océano Ártico

Los científicos han descubierto un ecosistema sorprendentemente rico y densamente poblado que crece en las profundidades del Océano Ártico.

Se encontraron enormes «jardines de esponjas» viviendo en los picos de volcanes extintos cerca del Polo Norte durante una expedición en el buque de investigación avanzado POLARSTERN. Estas criaturas primitivas son una de las formas más básicas de vida animal y se pueden encontrar en todo el mundo, desde arrecifes tropicales poco profundos hasta las profundidades del Océano Ártico.

Usando una cámara bajada muy por debajo del hielo, el equipo capturó imágenes de los jardines de esponjas. Después de analizar muestras en el laboratorio, determinaron que tenían un promedio de 300 años.

INSTITUTO ALFRED-WEGENER

«Al prosperar en la cima de los montes submarinos volcánicos extintos de Langseth Ridge, encontramos enormes jardines de esponjas, pero no sabíamos de qué se alimentaban», dice Antje Boetius, científico jefe de la expedición.

Con muy poca luz que penetra en la superficie helada, no hay mucha comida a estas profundidades. El equipo sugiere que las esponjas de mar podrían estar alimentándose de los restos de animales que se extinguieron hace miles de años.

“Nuestro análisis reveló que las esponjas tienen simbiontes microbianos que pueden usar materia orgánica vieja”, explica la Dra. Teresa Morganti, experta en esponjas del Instituto Max Planck de Microbiología Marina en Bremen.

INSTITUTO ALFRED-WEGENER

«Esto les permite alimentarse de los restos de los antiguos habitantes de las montañas submarinas, ahora extintos, como los tubos de gusanos compuestos de proteína y quitina y otros detritos atrapados».

El equipo de investigación dice que es la primera vez que se encuentra evidencia de que estas criaturas comen material fósil antiguo.

Un ecosistema único amenazado por el cambio climático

La cadena montañosa submarina, conocida como Langseth Ridge, donde fueron descubiertos, no está lejos del Polo Norte. Se asienta bajo la superficie de un mar que es permanentemente cubierto de hielo lo que dificulta el estudio de los organismos que viven allí.

“Este es un ecosistema único. Nunca antes habíamos visto algo así en el alto Ártico central”, explica Boetius.

Este es un ecosistema único. Nunca antes habíamos visto algo así en el alto Ártico central.

El Ártico es también una de las regiones más afectados por el cambio climático con el hielo marino retirándose a un ritmo alarmante. El descubrimiento destaca cuánto más hay que aprender sobre las partes más profundas de nuestros océanos, y lo que corremos el riesgo de perder con el cambio climático.

“Con la cubierta de hielo marino disminuyendo rápidamente y el entorno oceánico cambiando, un mejor conocimiento de los ecosistemas de puntos críticos es esencial para proteger y gestionar la diversidad única de estos mares árticos bajo presión”, dice Boetius.

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