La localidad italiana de Artena, a unos 30 km de Roma, ha encontrado una solución eficaz y creativa sin impacto medioambiental en la gestión de residuos: las mulas.
Mela, Gioia y Pastora son las tres mulas que caminan por las calles del centro de Artena, ayudando a los hombres a recoger la basura de las 13.000 personas del pueblo.
El centro de la ciudad peatonal, encaramado en las estribaciones de las montañas Lepini, es el más grande de este tipo en Italia con seis kilómetros de empinadas subidas y bajadas.
La zona está libre de vehículos debido a su fuerte pendiente, pero los callejones están abiertos a las mulas de la familia Bucci.
«Mi padre y mi tío me enseñaron todo y le pasé toda mi experiencia a mi hijo. Cuesta arriba, cuesta abajo, giros cerrados, las mulas son inteligentes y hacen bien los giros», dijo Emilio Bucci, dueño de las mulas.
Las mulas cargan bolsas llenas de basura, efectivamente haciendo el servicio de recogida en el casco histórico de la ciudad.
El reciclaje también está disponible en Artena, como explica el alcalde Loris Talone.
“Con las mulas hemos obtenido muy buenos resultados, se ha alcanzado más del 80% del reciclaje. Teníamos esta idea porque todo lo que se transporta fuera del casco antiguo ahora se transporta en mulas”, apuntó Talone.
El servicio es verdaderamente sostenible: sin camiones de basura, cero ruido y cero emisiones. Incluso los excrementos de animales son recolectados por arrieros, una operación ecológica integral.
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