Los cuervos en Suecia están siendo entrenados para recoger colillas de cigarrillos que están tiradas en las calles.
En Södertälje, cerca de Estocolmo, se están reclutando aves para ayudar con este persistente problema de desechos. Un dispositivo diseñado por la startup Corvid Cleaning recompensa a los cuervos con una pequeña cantidad de comida por cada colilla que tiran. Proporciona un refuerzo positivo que anima a estas aves inteligentes a repetir el comportamiento.
cuervos pueden hacer trabajos, compartir conocimientos e incluso llorar a sus muertos. Algunos estudios sugieren que podrían ser los animales más inteligentes del planeta además de los primates con un nivel de razonamiento igual al de un niño de siete años. Fueron elegidos para el trabajo precisamente por su inteligencia, el hombre detrás de la idea innovadora, dijo Christian Gunther-Hanssen a la agencia de noticias sueca TT.
“Son más fáciles de enseñar y también hay una mayor probabilidad de que aprendan unos de otros. Al mismo tiempo, existe un menor riesgo de que comen basura por error”.
Continúa agregando que las aves silvestres participan en la prueba de forma “voluntaria”.
La forma más prolífica de contaminación plástica
Colillas de cigarro son la forma más abundante de contaminación plástica en el mundo. Actualmente, la Fundación Keep Sweden Tidy dice que estos piezas persistentes de contaminación plástica constituyen alrededor del 62 por ciento de la camada.
Solo la ciudad de Södertälje gasta aproximadamente 20 millones de coronas suecas o 1,9 millones de euros en limpieza de calles cada año. Günther-Hanssen cree que entrenar a los cuervos podría reducir el costo de la limpieza de cigarrillos en la ciudad hasta en un 75 por ciento.
El costo estimado de recoger cada colilla es de alrededor de 12 centavos, dice que usar los cuervos en su lugar reduciría esto a solo 3 centavos.
Y no es la primera vez que los cuervos ayudan con un problema de desechos. En 2018, el parque temático Puy du Fou, en el oeste de Francia, enseñó a los cuervos a recoger colillas de cigarrillos y otros pequeños desechos a cambio de comida.
La idea surgió de la exhibición de cetrería del parque donde los pájaros recogían rosas y se las llevaban a una ‘princesa’ en un castillo.
En su momento, Nicolas de Villiers, responsable del parque, dijo a la AFP que se trataba también de mostrar “que la naturaleza nos puede enseñar a cuidar el medio ambiente”.