Desde hace mucho tiempo, los pandas gigantes pasaron de estar «en peligro» a ser «vulnerables» en la Lista Roja de Especies en Peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en septiembre de 2016. El cambio de lista se produjo tras un aumento del 17% de la población en China entre 2004 y 2014. Se calcula que quedan 1.800 pandas en estado salvaje y que su número va en aumento.
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Amenazas
La mejora de la situación demuestra que los esfuerzos del gobierno para ayudar a conservar el panda han sido algo eficaces. Pero todavía hay obstáculos que superar, como la pérdida de hábitat y el impacto de la crisis climática en el bambú, la principal fuente de alimento del panda.
Pérdida de hábitat
Aunque el panda gigante ha experimentado un reciente aumento en algunos hábitats de China, la pérdida de hábitat sigue siendo la principal amenaza a la que se enfrenta la especie, según la UICN. Los pandas gigantes vivieron en los bosques de bambú de China durante varios millones de años, pero su número se vio diezmado a medida que los seres humanos despejaron hectáreas de hábitat para construir viviendas y dedicarlas a la agricultura, las carreteras y la minería.
En 1988, el gobierno chino prohibió la tala en el hábitat del panda. Pero se siguen construyendo nuevas carreteras y vías férreas en la zona. Esto no sólo despeja los árboles, sino que fragmenta los bosques, aislando pequeños grupos de poblaciones de panda.
Fragmentación
La población de panda tiene hasta 33 subpoblaciones, y más de la mitad de ellas contienen menos de 10 individuos, informa el IUNC. Estos pequeños grupos suelen estar aislados del hábitat, de las fuentes de alimento y de otros pandas.
Debido a que algunas de estas subpoblaciones son tan pequeñas, los genetistas conservacionistas están preocupados por la endogamia en estos grupos. Suele estar relacionada con la disminución de la fertilidad y puede afectar a las tasas de supervivencia.
La crisis climática y el bambú
El bambú constituye alrededor del 90% de la dieta del panda, según el WWF. Como el bambú tiene pocos nutrientes, los pandas comen mucho, y pasan unas 12 horas al día masticando sus gruesos tallos y hojas.
Pero el bambú puede ser muy vulnerable a la crisis climática. Dependiendo de la especie, algunos bambúes sólo se reproducen cada 15 o 100 años. Otros sólo prosperan a determinadas temperaturas o elevaciones.
Con el calentamiento de las temperaturas y el cambio de los hábitats, los pandas tienen un acceso limitado al bambú, dice la UICN. Un estudio publicado en la revista Nature Climate Change predijo que el calentamiento global acabará con gran parte del bambú del que dependen los osos para alimentarse.
La UICN afirma que se prevé que la crisis climática eliminará más de un tercio del hábitat del bambú del panda en los próximos 80 años. Como resultado, esperan que la población de pandas disminuya, «invirtiendo los avances conseguidos durante las dos últimas décadas».
Caza furtiva
La caza furtiva era un problema en el pasado, ya que los animales eran cazados por su piel. Pero China aprobó la Ley de Protección de la Vida Silvestre, promulgada en 1988 y revisada en 2016, que prohibió la cría, la caza y la venta de cientos de animales, incluido el panda gigante. Sin embargo, la UICN señala que a veces los pandas siguen siendo capturados accidentalmente en trampas colocadas para otros animales.
Lo que podemos hacer
Un censo realizado a mediados de la década de 1970 encontró sólo 2.459 pandas en China, según el WWF, lo que alertó al gobierno de la precaria situación de la especie. Desde entonces, el panda ha sido el centro de una campaña de alto nivel para salvar la especie.
Desde aquel informe revelador, se ha prohibido la caza furtiva, se han creado reservas naturales para el panda y las asociaciones entre el gobierno chino y los zoológicos de todo el mundo han contribuido a los esfuerzos de cría e investigación.
China cuenta ahora con una red de 67 reservas para pandas, que protegen más del 66% de los pandas gigantes en libertad y casi el 54% de su hábitat actual. En colaboración con el WWF, el gobierno chino ha desarrollado corredores de bambú para permitir que los pandas se desplacen más fácilmente a nuevas zonas, encuentren más comida y se reúnan con más parejas potenciales, lo que también ayudará a mejorar la diversidad genética.
Aunque los recientes aumentos de población demuestran que se ha logrado cierto éxito, el panda sigue necesitando ayuda. La UICN señala que el gobierno chino tiene previsto seguir protegiendo el hábitat del panda y controlar la población. «Reconocen los retos que les depara el futuro y, en particular, tratarán de resolver los problemas de conectividad del hábitat y de fragmentación de la población».
Para ayudar a los pandas gigantes, puedes donar al WWF para conservar la especie y sus hábitats.