En pleno invierno, los labios agrietados parecen inevitables. Por eso, un exfoliante suave puede ser adecuado para eliminar la piel muerta y seca. Me he enganchado a los exfoliantes labiales porque son muy agradables, como un mini masaje para la boca.
Puedes gastar más de 20 dólares por un botecito de exfoliante labial de azúcar de Fresh o productos similares. Hacerlo tú misma no sólo te ahorra dinero, sino que también puede evitarte cualquier preocupación por los productos químicos de la lista de ingredientes. Además, esta versión comestible sólo tiene tres ingredientes
Necesitas dos elementos básicos para tu exfoliante labial: aceite y azúcar. Los aceites hidratan y los cristales de azúcar exfolian. Hay muchas recetas en la red, pero yo elegí estos ingredientes para hacer un exfoliante con una textura y un olor similares a los del producto de Fresh. También podrías hacer un exfoliante con azúcar blanco, o sustituir el aceite de coco por aceite de oliva, aceite de jojoba o aceite de almendras, o incluso combinar aceites.
La vainilla añade un olor y un sabor agradables, y también puede aportar algunos beneficios como antioxidante, aunque no he podido encontrar ninguna investigación científica que respalde esta afirmación. El azúcar también tiene propiedades antibacterianas (por eso se utiliza para conservar los alimentos), pero tampoco he encontrado ninguna investigación que demuestre que esto tenga algún beneficio para la piel, pero garantiza que el exfoliante tenga una vida útil decente.
Estuve tentada de utilizar aceite esencial de lavanda, pero me enteré de que es potencialmente tóxico al ingerirlo y el Centro Médico de la Universidad de Maryland recomienda no ponérselo en los labios. Es bueno saberlo
Para hacer
Ingredientes:
1 cucharadita de azúcar moreno
1 cucharadita de aceite de coco
1/8 de cucharadita de extracto de vainilla (unas 4 ó 5 gotas)
Se hace 1 tarro pequeño.
Pasos:
Se trata de un tarro pequeño.
En un bol pequeño, combina los tres ingredientes y mézclalos bien. El azúcar debe estar completamente húmedo, un poco como arena fina y húmeda. Siempre puedes añadir un poco más de aceite para conseguir la consistencia ideal, o si se seca en algún momento. Pasa tu exfoliante a un tarro pequeño o al recipiente en el que quieras guardarlo.
Para usar
Humedece los labios con agua tibia. Utiliza una bola de exfoliante del tamaño de un guisante y frótala suavemente por los labios. Puedes retirar el exfoliante enjuagándolo directamente con agua tibia o frotándolo con un paño húmedo para obtener una exfoliación adicional. Si tus labios son más sensibles, te recomiendo lo primero.
No pasa nada si lo pruebas accidentalmente, pero estoy segura de que si lo lames todo, perderás toda la grasa que quieres para hidratar tus labios. Aunque tiene un sabor estupendo.