El pulpo es conocido por varias cosas: su cuerpo flexible, sus chorros de tinta y, por supuesto, sus ocho brazos. Con cerca de 300 especies, estos cefalópodos habitan en todos los océanos del mundo y pueden encontrarse en todas las costas del territorio continental de Estados Unidos.
Puede que creas que sabes mucho sobre estas populares criaturas, pero tienen algunas cualidades espectaculares que merecen atención. Por ejemplo, ¿sabías que pueden nadar cuatro veces más rápido que Michael Phelps? Sigue leyendo para conocer más datos sobre los extraordinarios pulpos.
Tabla de contenidos
1. Son maestros del camuflaje
Los pulpos tienen una impresionante habilidad para camuflarse. En un abrir y cerrar de ojos, pueden cambiar su color, patrón, forma y textura para mezclarse con su entorno, lo que les protege de los depredadores y les ayuda a acercarse sigilosamente a sus presas. Esto es posible gracias a los miles de cromatóforos, células de la piel llenas de pigmentos que pueden cambiar de color. Este camuflaje es tan experto que los depredadores pueden pasar nadando sin darse cuenta de la criatura.
El siguiente vídeo muestra un pulpo imitador, una de las muchas especies de pulpo que tiene esta capacidad camaleónica.
2. Los pulpos tienen cerebros de gran alcance
Además de sus ocho brazos, los pulpos tienen nueve cerebros: un cerebro central y ocho cerebros más pequeños, uno en cada extremidad. De hecho, dos tercios de las neuronas de un pulpo residen en sus tentáculos. Es decir, los brazos de un pulpo pueden realizar diversas tareas independientemente del cerebro central.
Si se corta un tentáculo, permanecerá activo durante aproximadamente una hora. Y lo que es más impresionante, los investigadores han descubierto que también se arrastrará por sí mismo, agarrará la comida y la dirigirá a una boca fantasma.
3. Utilizan la tinta para escapar
Una cosa que hace notable al pulpo es su famosa tinta, que es una mezcla de pigmento y mucosa y se utiliza como mecanismo de defensa. Al liberarse, la nube negra oscurece la vista de un agresor y permite al cefalópodo escabullirse. Y lo que es mejor, la tinta también contiene un compuesto que irrita los ojos y embota el sentido del olfato del atacante, lo que hace aún más difícil que un depredador siga persiguiendo al pulpo.
4. Son rápidos y ágiles
Aunque los pulpos suelen ser lentos y arrastrarse, tienen la capacidad de nadar cuatro veces más rápido que Michael Phelps. Cuando tienen que atacar o escapar rápidamente, utilizan la propulsión a chorro para desplazarse a velocidades de hasta 25 millas por hora.
No sólo son rápidos: también son increíblemente ágiles. Sin huesos y con un cuerpo formado por 90% de músculo, los pulpos pueden introducir su cuerpo por las grietas más finas y los agujeros más pequeños con facilidad.
5. Tienen millones de años de antigüedad
El pulpo desciende de una criatura que vivió durante el periodo Carbonífero, hace 296 millones de años. Esta criatura era la Pohlsepia mazonensis, y sólo sabemos de ella por un único fósil bien conservado. Ese fósil se encuentra ahora expuesto en el Museo Field de Historia Natural de Chicago, Illinois. Al observar el fósil de Pohlsepia, puedes identificar rasgos que con el tiempo se convertirían en característicos del pulpo, incluyendo múltiples extremidades (dos cortas, pero ocho largas) y posiblemente un saco de tinta.
6. Los pulpos son muy inteligentes
Puede que Aristóteles pensara que el pulpo era una criatura%20estúpida,%20pero%20se%20equivocaba.%20El%20profesor%20de%20biología%20de%20la%20CUNY%20Peter Godfrey-Smith dice que los pulpos son «probablemente lo más cerca que estaremos de conocer a un alienígena inteligente»
Los investigadores dicen que han desarrollado inteligencia, emociones e incluso personalidades individuales. Pueden resolver problemas, recordar soluciones, pensar estratégicamente y jugar, especialmente con objetos que pueden desmontar, como se muestra a continuación.
7. Tienen varios corazones
Para acompañar a sus nueve cerebros, los pulpos también tienen más de un corazón. De hecho, tienen tres: dos para bombear la sangre a sus branquias y uno para hacer circular la sangre al resto del cuerpo, como los apéndices. Los tres corazones están alojados en el manto del pulpo.
Interesantemente, el corazón encargado de hacer circular la sangre a todo el cuerpo se apaga cuando la criatura está nadando. Por eso los pulpos son más propensos a esconderse y arrastrarse que a huir rápidamente; la falta de flujo sanguíneo hace que nadar sea agotador.
8. Pueden regenerar las extremidades perdidas
<img alt="pulpo bajo el agua con largos tentáculos extendidos, mostrando ventosas rosas" src="https://economiacircularverde.com/wp-content/uploads/2022/06/octopus.arms-b8def92df6c44ebbb1320feb33a9cc27-scaled.jpg" height="2454"
Los pulpos son bien conocidos por su capacidad de regenerar los miembros perdidos, y con razón. Aunque muchas especies animales pueden regenerar tejidos en alguna medida, ninguna puede hacerlo como el pulpo. El cefalópodo puede restaurar un apéndice en su totalidad -incluidos los nervios- y la extremidad resultante no es más débil que la original.
Un actor importante en el proceso de regeneración parece ser la proteína acetilcolinesterasa (AChE), que ayuda a la reproducción celular y es muy activa en determinados momentos del rebrote de la extremidad. Esta proteína también está presente en los seres humanos y, aunque aún queda mucho por saber sobre su función en los pulpos, existe la esperanza de que pueda conducir a avances en la medicina regenerativa.
9. No, el plural no es ‘Octopi’
Si has estado leyendo y te has preguntado por qué decimos «pulpos» en lugar de «octopi» para el plural de este cefalópodo, no serías el primero en confundirte. El uso de «octopi» nace de la idea errónea de que la palabra base tiene una raíz latina, y por tanto seguiría la transición us> i del singular al plural que se encuentra en palabras de base latina como cactus (plural: cactus).
Sin embargo, la palabra «pulpo» procede del griego októ (ocho) y pous (pie). Si quieres seguir exactamente el griego, la pluralización correcta es técnicamente «octópodos». Sin embargo, esto es más bien una trivialidad. Dado que «octopus» se ha convertido en una palabra inglesa, lo mejor es utilizar un método inglés para pluralizarlo. Por lo tanto: pulpos.