Si alguna vez te has preguntado de dónde sacan sus poderes los renos, no busques más allá de esas altísimas coronas de hueso.
Bien, la ciencia no ha demostrado que los renos puedan volar, por lo que no puedo confirmar ni negar ese poder mágico. Pero los renos tienen algunos trucos impresionantes bajo la manga… o sobre sus cabezas, según el caso. Su cornamenta es nada menos que extraordinaria.
Nueve datos sobre la cornamenta
La última entrega de la serie de vídeos KQED San Francisco DEEP LOOK trata de las cornamentas. Es fascinante, y ha provocado un poco de investigación sobre las muchas maravillas que la asombrosa cornamenta contempla. En serio, son realmente una maravilla. Ten en cuenta los nueve datos siguientes, y luego ve más sobre estos impresionantes apéndices en el vídeo que aparece a continuación.
1. La cornamenta es un hueso que brota de la cabeza. ¿Te imaginas lo útil que podría ser para nosotros los humanos? Desgraciadamente para nosotros, los codiciosos de la cornamenta, es un don que sólo se concede a los renos, los alces y sus parientes cérvidos, como los alces y los ciervos.
2. La cornamenta suele estar reservada sólo a los machos, ya que se necesita testosterona para que brote, pero los renos tienen la misma oportunidad de tener cornamenta: las renas también la tienen. Qué bueno.
3. Los machos utilizan su cornamenta durante la época de apareamiento para cortejar y rechazar a otros renos Romeos. Pero una vez terminada la temporada de apareamiento, la testosterona disminuye y la cornamenta se cae, aunque un nuevo conjunto comienza a crecer casi inmediatamente. Aumentan de tamaño cada año hasta que el animal llega a la tercera edad, y entonces empiezan a encogerse.
4. Cuando la cornamenta está creciendo, está tapizada con una funda peluda de piel y pelo llamada terciopelo. Está llena de nervios especiales y transporta sangre y nutrientes para ayudar a construir el hueso que cubre. Como un pelaje vivo y nutritivo, ¿a qué mola?
5. El terciopelo es muy sensible al tacto, lo que anima a los propietarios de las astas a cuidarlas mucho hasta que estén fuertes y listas para rugir.
6. Una vez que la cornamenta está dura y lista, al cabo de unos tres meses, la sangre deja de fluir y el terciopelo se agrieta y empieza a desprenderse, dejando al descubierto el nuevo y brillante conjunto de ramas óseas.
7. A diferencia de nuestros huesos, que tienen nervios y duelen mucho cuando los rompemos, el hueso de la cornamenta no tiene nervios y puede convertirse así en poderosas armas.
8. La cornamenta no es un cuerno; los cuernos están hechos de queratina y permanecen firmemente unidos al animal durante toda su vida.
9. Los científicos están fascinados por los nervios de las cornamentas que les permiten regenerarse año tras año -lo que es único entre los mamíferos- y están estudiando la forma en que este proceso podría ayudar a los humanos que han sufrido daños nerviosos debilitantes.