Te sorprenderá el potencial decorativo que contiene la papelera de reciclaje.
La semana pasada escribí sobre la importancia de optar por un disfraz de Halloween sin plástico, o al menos que no utilice ningún plástico nuevo. Pero ahora tenemos que hablar de la cuestión de los adornos de Halloween, ya que también es uno de los principales responsables de los residuos de plástico no reciclables. Piensa en todas las telas de araña falsas, las calabazas de plástico, las lápidas de espuma de poliestireno y mucho más.
Un método inteligente es hacer tus propios adornos de Halloween utilizando productos de residuos de plástico. Asalta el contenedor de reciclaje (o incluso la acera de camino a casa desde el trabajo) en busca de materiales que tengan un gran potencial espeluznante. Jordana Merran, de Ocean Conservancy, ofrece algunas ideas estupendas y fotos de lo que es posible.
Los tapones de las botellas, que se encuentran entre los cinco residuos marinos más mortíferos, según Ocean Conservancy, son unas arañas espeluznantes, después de pintarlas de negro y colocarles unas patas de limpiador de tuberías. También puedes hacer globos oculares con ellas. Las bolsas de plástico blancas pueden transformarse en fantasmas y momias espeluznantes cuando se rellenan y se atan. Rellénalas con bolsas adicionales o utiliza una botella de plástico del contenedor de reciclaje como forma.
Si tienes pajitas o varillas de agitación dando vueltas por la casa o la oficina, Merran sugiere usarlas para hacer «antenas alienígenas, dientes de ogro u otros accesorios espeluznantes». Las cajas de plástico con forma de almeja y de comida para llevar son estupendos murciélagos o «grandes bocas de monstruo, mientras que las tapas redondas o cuadradas más grandes pueden pintarse como linternas, Frankensteins u otras caras temibles, perfectas para colgarlas en las barandillas o usarlas como máscara».
Por supuesto, ninguna de estas sugerencias significa que debas salir a comprar el plástico necesario para hacer estas decoraciones. La cuestión es que se puede hacer mucho con lo que ya está a mano, o con lo que se encuentra en el contenedor de reciclaje del trabajo o del colegio, o con lo que se recoge del exterior. Es necesario que haya un movimiento para dejar de comprar plástico nuevo, como forma de protesta contra una industria que sabemos que es perjudicial para el planeta y la salud de la fauna.