Es posible que hayas oído hablar del problema de la pitón de Florida Burmés. Esta serpiente invasora, originaria del sudeste asiático, se ha introducido en las últimas décadas cuando los propietarios de mascotas locales las han liberado en la naturaleza. Algo similar está ocurriendo con los camaleones.
Los pequeños reptiles no son nativos de Norteamérica, pero están apareciendo en Florida, con media docena de especies o más que habitan ahora en el Estado del Sol. Florida alberga más especies introducidas de reptiles y anfibios que viven y se reproducen en estado salvaje que cualquier otro lugar del mundo, según la Extensión IFAS de la Universidad de Florida. Aunque la pitón birmana ha acaparado gran parte de la atención, otras 139 especies de reptiles y anfibios se han colado en los paisajes urbanos y naturales de Florida.
Una industria controvertida
Debido a que los camaleones que viven en los árboles son relativamente inofensivos en comparación con la pitón, no ocupan un lugar destacado en la lista de prioridades de la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida. Por ello, algunos residentes -llamados herperos- están tomando el asunto en sus manos. Armados con linternas, practican el herping, el acto de buscar anfibios o reptiles, por la noche cuando está oscuro, con la esperanza de encontrar una de estas criaturas que cambian de color.
Pero ahí es donde se bifurca el camino de la ética. Algunos pastores, según National Geographic, buscan en los patios rurales y en los pantanos para capturar camaleones, y luego los regalan como mascotas a otros aficionados o los adoptan ellos mismos. Pero otros se dedican a una práctica más controvertida, llamada cría en granjas, en la que crían y reproducen camaleones y los venden.
Como informa National Geographic:
La mayoría de estas actividades de cría en granjas pasan desapercibidas, ya que es difícil demostrar si un criador de camaleones introdujo deliberadamente -e ilegalmente- los camaleones iniciales, o simplemente ya los tenía en su propiedad. La cría puede ser lucrativa; un camaleón pantera, uno de los no autóctonos de Florida, puede venderse por hasta 1.000 dólares.
Cómo afectan al medio ambiente
Los camaleones son depredadores que se alimentan de insectos, pequeñas ranas y lagartos, según el Área de Gestión Cooperativa de Especies Invasoras de los Everglades (CISMA). En cierto modo, pueden ser beneficiosas: Se alimentan de plagas agrícolas como gorgojos, chinches y orugas, y comen reptiles y anfibios no autóctonos, como salamanquesas y ranas arborícolas cubanas.
Sin embargo, si los camaleones se establecen en las zonas naturales de Florida, a los científicos les preocupa que los reptiles se coman más especies autóctonas. Los camaleones de Oustalet (en la foto de arriba), por ejemplo, tienen una alta tasa de reproducción y pueden sobrevivir en diversos entornos, como bosques, sabanas, matorrales y tierras agrícolas, dice la CISMA.