El gobierno alemán ha inyectado 60.000 millones de euros para luchar contra la crisis climática.
La inversión es parte de un nuevo presupuesto suplementario para «potenciar» el fondo de transformación y clima del país y alentar un cambio hacia una economía verde, dicen los funcionarios.
El presupuesto, aprobado por unanimidad por el gabinete del canciller Olaf Scholz, canalizará miles de millones de euros de deuda no utilizada en el presupuesto federal de este año hacia gastos ecológicos futuros.
La maniobra fue acordada el mes pasado por los socialdemócratas de centro izquierda (SPD), los Verdes a favor del gasto y los Demócratas Libres (FDP) fiscalmente más cautelosos en su acuerdo de coalición. Permite a las partes aprovechar al máximo una suspensión temporal de los límites de endeudamiento relacionada con una pandemia.
La coalición quiere desplegar los fondos para realizar inversiones públicas críticas en medidas de protección climática, desde puntos de recarga para vehículos eléctricos hasta hogares con mejor aislamiento, y la digitalización de la economía.
Además de los 60.000 millones de euros financiados con deuda, el gobierno canalizará unos 18.000 millones de euros de ingresos fiscales, principalmente derivados de los impuestos ecológicos y el esquema de comercio de emisiones de CO2, hacia su fondo de cambio climático y transformación el próximo año.