Se vio a ambientalistas húngaros llevando camellos al vecindario del parlamento húngaro en Budapest el 11 de agosto, para protestar por la falta de medidas del país para conservar sus recursos hídricos.
Los ecologistas del Movimiento Guerrillero Verde afirman que, en unas pocas décadas, una gran parte de Hungría podría convertirse en un desierto si el gobierno no cambia radicalmente su estrategia climática.
Hasta la fecha, el 40% del lago Velence se ha secado y la región de Kis-Kunság ha sido declarada semidesértica.
«Los árboles están muriendo y solo sobrevive la hierba muy resistente. Pronto solo verá arcilla pura, dunas de arena y vegetación seca junto a la carretera», dijo a Euronews Bagatur Subotáj, portavoz del Movimiento Guerrillero Verde.
Pero los activistas advierten que esta imagen apocalíptica aún puede evitarse si la demanda de agua de la agricultura húngara se reduce significativamente.
_Mire el video de arriba para conocer la historia completa.
_